¡Que
esto se acabe!
(Autor: J.C.)
En el
fondo sé que tienes toda la razón en terminar con esta relación,
con la paz de mi alma y mis sueños dorados de un mejor mañana para
los dos. Y yo también tenía la razón al sentir desconfianza y
miedo a lo cual tú llamabas obsesión, pero era simplemente el
hecho de sentir en mi corazón, esa daga de tu desdén y oculta
traición, que sin pesar ni remordimiento, lentamente atravesaba mi
pecho sin derecho al perdón. Y ¡sí! Está bien, ¡maldición!
¡Qué
se acabe pues!, y que con ello, se termine la tortura de la duda que
con tu proceder sembraste en mi razón. ¡Que se acaben las noches
de hacerte el amor, sin que te dignes a devolverme mis caricias en
medio de la pasión! ¡Que se terminen los días de mi
esclavización, dedicado a ti en pro del amor, aquél que
hipócritamente me ofrecías por mi dedicación! ¡Que se acaben mis
caricias por tu cabello sin que me llaméis la atención! Mis frotes
en prurito por tu espalda, sin ningún tipo de retribución; como
también las noches en las que el insomnio te aquejaba, arrullándote
hasta hacerte dormir sin objeción.
Que se
acaben mis palabras dulces sin que te quebrantes, y con ello también
el esfuerzo y la hipocresía de tu pretender, supuestamente, después
amarme; cuando desde hace mucho tiempo solo deseas escucharme decir:
¡que esto se acabe!
Sinceramente,
J.C.
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