(Autora: Cheshire)
Desde algún lugar
te escribo, desde algún lugar me lees. No es necesario un lugar, ni
una fecha. Hace meses dejamos de interesarnos plenamente por el otro.
Por mi parte, debo
confesar, que a veces mis cobijas se convierten en tu piel, pero ya
no te siento como para quedarme acariciándolas y prefiero soportar
el frío de las noches. Sin embargo, si mis dedos se han puesto a
escribirte, mis dedos, no yo, ellos son los que extrañan tu piel, no
yo, si mis dedos hacen esto es porque te extrañan. Ha sido difícil
para ellos porque te sentían y te hacían sentir, te acariciaban, te
escribían, apretaban tu cintura y tu cuello, tú recuerdas cómo,
pero de las muñecas para atrás nada en mí te extraña.
Ahora
bien, ya sabes que no te escribo yo, propiamente yo, enteramente yo,
te escribe una parte, una pequeña, que necesita dejarse en estas
letras, esparcirse en esta dimensión gramatical que has infectado
con referencias tuyas que, al escribir mis poemas, pululan sin yo
quererlo.
Suena
un tanto egoísta que estés leyendo unas letras que no cumplen otra
función que la de desinfectar a su remitente, pero bueno, tú
también fuiste egoísta, no me diste nada más allá de tus labios o
tu cuerpo, no me diste más que carne, así que balancea un poco este
asunto. Tiemblan mis dedos recordando. No me diste palabras
bondadosas, jamás quisiste dejar tu olor a mañana sobre mi
almohada, hacías lo tuyo y te ibas. Ahora yo intento irme, zafarme
por completo de ti ¿y qué crees? Mis dedos ya no tiemblan. Estas
fuera de ellos. Estas fuera de mis manos. Estas fuera de mí. Estas
fuera de mis poemas, cierto, mis poemas, debes recordarlos, bebiste
muchos, te me llevaste muchas letras y aunque han flaqueado y
desfallecido demasiadas veces, en otras cartas que nunca te he
entregado porque terminaban húmedas, hoy parecen firmes en su
propósito, parecen seguras, indelebles.
Ama,
¿qué más te puedo decir? Ama a alguien, no sé me ocurre nada más
mi querida nómada, hay mucho silencio, escribo de noche, es como si
se hubiera muerto todo. La melancolía no se asoma más.
-Cheshire.
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen nuestra Biblioteca ¡Gracias por Visitarnos!