Tu veneno
Había una vez...
así suelen comenzar muchas historias, pero esa vez no “había”
algo, pues me sentía tan solo, tan vacío, era como la nada
acompañado de la soledad, no “había” algo en esos instantes
porque la verdad algo me hacía falta... me hacías falta tú. Por lo
que un mejor comienzo seria…
“Aquel día tú me
hacías falta”, la misma falta que ya llevaba sintiendo estos dos
meses que habían pasado desde tu despedida, claro si es que se le
puede decir despedida el largarse sin avisar, dándome la espalda en
el aeropuerto sin siquiera un hasta nunca, aun después de tratar de
alcanzarte desesperadamente para tratar de convencerte de que
siguieras conmigo. El tiempo paso, aun cuando yo seguía atrapado en
aquel maldito instante, en algún momento el motivo de tu
desaparición llegaría a mis oídos, el motivo por el que cortaste
este vínculo de ya tantos años, finalmente habías decidido irte
con aquel adinerado de cuatro décadas.
Solía pensar que me
acompañarías en este camino por más tiempo, aun cuando si mucho
podíamos sobrevivir con lo poco que difícilmente ganaba gracias a
mi puño y letra. Sinceramente ya conocía esa faceta de ti, solo
pensé que aquello que habíamos conseguido con nuestro propio
trabajo, de la unión de nuestros esfuerzos, aunque no era mucho, te
daría la felicidad suficiente como para matar esa mala maña de
buscar solo a aquellos que te brindaran lujos a cambio de ser su
juguete, dándoles gusto de acuerdo a la cantidad de billetes en sus
bolsillos.
Solo me queda hacer
uso del único antídoto que conozco para el veneno que es esta
sensación de abandono, usar mi pluma para exorcizar todos y cada uno
de los pensamientos que citan los recuerdos de lo que habíamos
llegado a pasar ambos en nuestro difícil pero bello camino, aunque
mi alma se derrumba con cada frase que refleja esta frustración,
dejando una gran cantidad de escombros detrás de cada letra solo sé
que durante el final de esta enfermedad, de mi alma quedara un
pequeño trozo que se convertirá en una semilla, la semilla dará
paso a una flor, una flor que nacerá en los escombros y cuando
termine de derrumbarme esta flor ganara aún más belleza, ya que
será la única que decorara el borde del abismo profundo y vacío en
el que se convirtió mi interior.
¿Y el pseudonimo?
ResponderEliminarLamentablemente el autor del cuento no aporta el seudónimo.
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