EL FIN DE LA
OSCURIDAD
En aquella época en
que las personas aún gozaban de esa magnífica inocencia, de
ilusiones transparentes y los regalos permanentes de la madre
naturaleza, se veían por doquier la alegría, el entusiasmo, y las
ganas de vivir; los niños corrían libres jugando con cualquier
objeto o incluso sólo con la imaginación; los adultos usaban sus
manos y sus fuerzas para trabajar por sus familias y también para
ayudar a otros a cumplir sus menesteres, era una época dorada, no
existían grandes avances tecnológicos pero la vida era sana, la
familia era el núcleo de la sociedad, y había armonía con la
naturaleza, era esa vida rural que hoy en día muchos extrañamos.
Una noche lluviosa
ocurrió algo extraño en uno de los poblados, los cultivos se
inundaron, los animales empezaron a morir, la tierra de las altas
montañas se deslizaba con fuerza llevándose todo a su paso, parecía
que las lágrimas de cada nube negra fueran a durar para siempre, y
de repente, un gran relámpago alumbró el poblado y algunos de sus
poblados vecinos, del cielo oscuro descendió un ser abominable, con
una energía sucia y dañina, sus malas intenciones se sentían a
kilómetros de distancia, era un brujo poderoso y con deseos
destructivos. La lluvia cesó pero ya nada regresó a la normalidad,
la oscuridad se quedó con ellos...
El poderoso brujo
llegó con un propósito, acabar con la paz y la armonía. El primer
paso fue llevarse en un gran costal a todos los niños del poblado,
los llevó hacia las más altas montañas, llenas de vegetación y
fauna salvaje, allí los encerró y los obligó a trabajar todos los
días, los convirtió en fieras y les robó sus buenos sentimientos
enterrando su inocencia para siempre. El malvado brujo cada noche
hacía lo mismo con un poblado diferente hasta llegar al último.
Pasado poco tiempo los niños habían perdido todo, eran salvajes y
estaban dispuestos a seguir la maldad del desalmado brujo, entonces
él dio el segundo paso, los liberó y así empezaron a destruir;
primero las montañas y su fauna, luego sus propios pueblos y su
gente, al sembrar destrucción terminaron por convertirse también en
seres desalmados.
Los adultos estaban
aterrados de ver tanta maldad sobre la tierra y se dieron cuenta de
que sería el fin de la humanidad si no lograban detener esa
barbarie. Muchos lo intentaron, idearon diversos planes para detener
al brujo, algunos perdieron la vida en el intento, pero finalmente
llegó un hombre que fue capaz de entender el verdadero problema y
explicar a otros lo necesario para llegar a una solución. Las
personas se unieron y encerraron al brujo en una cárcel que jamás
nadie debería encontrar, trajeron a los niños de regreso usando la
fuerza, sembraron de nuevo todo lo que había sido destruido,
regresaron a los animales desterrados a su hábitat y finalmente se
ocuparon de dar amor cada minuto a aquellos que habían regresado,
los trataron con respeto, con consideración, les enseñaron de nuevo
las cosas bellas de la vida, reinventaron el mundo y la forma de
vivir sólo para ellos, sin intentar que olvidaran el pasado ya que
era inolvidable, sirviendo de guía para que pudieran ver una luz en
ese camino oscuro que estaban por terminar. Finalmente con la ayuda
de todas las personas, los niños lograron recuperar su esencia y el
orden fue restablecido en todos los poblados, esperando que en un
futuro nadie pueda encontrar al malvado brujo para liberarlo de su
prisión.
Y aún en esta época
se escucha a los abuelos contar a sus nietos esa terrible historia
como si fuera sólo un cuento más, producto de la imaginación de
alguien, sin embargo, si un día llega la tempestad, todos abrazaran
con fuerza su fe y elevarán sus plegarias al padre celestial para
que su infinito amor evite la llegada de seres desalmados a este
mundo.
Hikari
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