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Mostrando entradas de julio, 2022

VI Concurso de Cuento Corto: Visitando lugares in-mágicos

  Por lo regular, cuando decides hacer un pequeño viaje, de esos para descubrir nuevos lugares , solo te tomas de 3 a 4 días y llevas un equipaje ligero, tus zapatos mas cómodos, cargador de celular y repelente de mosquitos; pues eso fue exactamente lo que Alex decidió llevar.   Alex es una chica de la capital que aprovechando el final de su periodo universitario para ir a conocer un lugar entre la cordillera que alguna vez vio publicado en un volante, ella decidió ir sola ya que quería tener tiempo para ella sin preocuparse por otros.   Era un viernes en la mañana y Alex tomo un transporte que la dejo en un punto lejano, de allí tuvo que caminar por algo más de 30 minutos hasta que llego a aquel lugar que tanto llamo su atención.   Lo primero que noto es que hacía mucho frio, aquel lugar se encontraba entre la cordillera pero el frio parecía estar estático en ese punto geográfico, sintió también dificulta para respirar, y como sus dedos se entumían del frio.   ...

VI Concurso de Cuento Corto: Cuento para grandes.

  En un bosque, vivían patos, palomas, ardillas y conejos, en especial un conejo que se caracterizaba por ser un poco envidioso, tramposo y maldadoso.   En general la convivencia entre los animales en el bosque era pacifica, pero un conejo llamado Sam, hacia que los momentos tranquilos se convirtieran en tensionantes no solo por sus chistes de mal gusto sobre la apariencia de los demás, si no por sus actos maldadosos.   Un día, los animales ya cansados de las actuaciones de conejo Sam, se reunieron en el bosque en una asamblea donde se definió que se castigaría al conejo Sam si no se comprometía a cambiar su manera de actuar con los otros animales.   Cabe resaltar que Sam era bastante orgulloso y se creía superior en habilidades e inteligencia a los demás, al ver que todos los animales estaban reunidos por su culpa, el tomo una actitud dócil y obediente y se comprometió a cambiar, generando un ambiente de tranquilidad con sus palabras a los otros animales, pero tal c...

VI Concurso de Cuento Corto: Comer Mareado

Fluía la conversación en cierto lugar de Cali, un viernes social, a eso de las cinco de la tarde, cuando el hambre ataca, pues el niño que comía con su madre a las cinco de la tarde no había desaparecido del todo, y de vez en cuando el hambre azotaba a esas horas (y más aun después de cierto momento recreativo grupal) la comida se mete a la conversación, y la hace muy jovial… Ajo, cebolla larga, tomate… ¿Jamón? Uy si, pega echarle jamoncito, ¿será que le echo tocineta? Mucha grasa… pero es viernes, uno al año no hace daño Dos huevos revueltos, sal, pimienta negra recién molida, una delicia sí señor, ¿qué te parece? Siento que le hace falta algo ¿Una loncha de queso? Claro, se me había olvidado el quesito, Tremenda cena voy a tener, y es más su respectivo tinto y por qué no un pan cacho de la panadería de la esquina. Un manjar, es que yo sinceramente cada vez que me hago estas cenas pienso, ¿porque no me presento a un programa de cocina? Hasta co...

VI Concurso de Cuento Corto: El mirar

  Caminas lento entre la multitud que mira, tú los miras de vuelta y frunces el ceño. Desde hace días que detestas que te vean con cara tonta a cualquier movimiento que hagas. No vas a entender sino hasta días después que la miradera hace parte de converger socialmente, y que tú debías de mirar y encontrar en ellos alguna particularidad. Así, esa misma tarde al comprenderlo empiezas a mirar a las niñas con diferentes colores de cabello, a los niños con camisas brillantes y estampados exuberantes, a los ancianos que en su lento caminar no miran a nadie sino a los edificios, a los árboles y al piso.   Ahora con duda te preguntas de nuevo ¿qué mejora hay en el mirar de los ancianos? Hasta cariño habías agarrado a tu manera de hacerlo. Finalmente esa misma noche observas edificios, árboles y el piso. Intentas encontrar una respuesta al mirar humano y encuentras de repente tus ojos abiertos poniendo en práctica todo lo aprendido; estás disfrutando del pasto recién cortado y lo gr...

VI Concurso de Cuento Corto: CON LA SOGA AL CUELLO

En sus días de perdición, José Antonio ejercía su carrera como arqueólogo, exploraba incrédulo la ciudad bendita de Jerusalén,  se  había corrido  la voz del  descubrimiento de unos artilugios  “sagrados” que habían  sido  bendecidos por los mismísimos  apóstoles y, por ende , poseían un poder sobrenatural, o al menos eso decían los vendedores ambulantes en el bazar.   —¿Podría dejarme en paz? ya le dije que no estoy interesado en comprar su soga—replicó José Antonio por segunda vez al vendedor andrajoso que seguía insistiendo con su sonrisa a medio acabar, pues en su mueca solo se asomaban 4 colmillos.   El vendedor en un último intento para no dejar escapar a su cliente, le puso a José una soga enredándola en su cuello; todos en el bazar voltearon a ver la escena, pero en vez de presenciar una pelea, lo que presenciaron fue un gozo. José empezó a llorar de ...