Autora: Claudia Londoño
Profesional Mediateca
Estudié Ingeniería Industrial en
Univalle hace ya varios años, en los 90’s trabajé en el área
administrativa lidiando con la implementación de un sistema
financiero al cual le atribuyo las muchas canas que hoy adornan mi
cabello (mala noticia para quienes creían que eran rayitos), un buen
día por esos arrebatos del destino, me dicen “te vas para la
biblioteca a seguir trabajando en sistemas”. Bueeeehno dije yo,
con algo de susto debo confesarlo, pues nunca se me había ocurrido
venir a trabajar a una biblioteca, pero bueno en teoría el cambio no
iba a ser mucho. Sin embargo, en menos de un año mis intereses
cambiaron y empecé a profundizar más en algunos asuntos
particulares de la Biblioteca como fueron las bases de datos, su
manejo, sus contenidos y su riqueza académica. Fue así como
concursé para trabajar en la mediateca de estudiantes.
La sala comenzó con solo 20 equipos,
la mitad de ellos con sistema operativo linux (poco apetecido entre
los estudiantes). Poco a poco fuimos migrando a Windows e
incrementando los equipos hasta llegar a los 90 que tenemos en el
momento. Han pasado muchas cosas en mi transcurrir por la
biblioteca, muchas de ellas muy buenas, ahora se trata de contar
biblioexperiencias así que lo mejor será recordar a algunos de los
usuarios que de alguna u otra manera han dejado huella:
- El que con notas amenazantes me hizo ir por primera y única vez a la fiscalía a poner un denuncio, cosa que se le agradece pues por él viví en carne propia este paseo poco efectivo, pues finalmente te dan un número telefónico para que llames si están haciendo efectiva la amenaza.
- El que con uno que otro piropo que aunque decente logró sonrojarme.
- El que por deporte reniega de todo lo que pasa en la Universidad, sin embargo siempre que puede se acerca para agradecerte el hecho de haberlo introducido en el ciberespacio.
- El que sacó su guitarra en plena sala pues según él tenía que ensayar una cancioncita.
- El que desde su disciplina, “la filosofía”, argumentaba en contra de la norma: “No se permite la consulta de pornografía en la sala”, a ésto solo pude defenderme desde lo técnico, no había otra opción.
- El que ha compuesto sus hermosas obras en los equipos de música y ha tenido la fineza de permitirme escucharlas.
- El que un buen día se acercó a pedir un consejo sobre si era conveniente o no mantener su larga cabellera pues ya había decidido “por fin” buscar trabajo y salir de casa de su padres.
- El profesor que hizo su doctorado fuera del país e hizo un reconocimiento explícito a nuestra biblioteca y nuestra labor en su tesis doctoral.
- El que sin ningún pudor se tomó unas cuantas cervezas en la mediateca, dándole otro uso a los triángulos de promoción que uno de nuestros proveedores había ubicado en cada una de las mesas. Sólo lo descubrí después de la tercera cerveza pues el sonido producido al destaparla lo delató.
- El que un poco estresado pidió auxilio para redactar una carta a Bienestar Universitario reclamando sus derechos.
- La que entraba en búsqueda de su “papi” como solía llamar a su novio con un tono tan o más alto que el producido por sus tacones.
- La estudiante de movilidad internacional que se maravillaba con lo que nuestra biblioteca podía ofrecerle.
- El profesor pasante proveniente de Perú que como retribución a nuestro apoyo nos brindó un curso de redacción.
- El que consulta la revista SOHO en la sala y ante la pregunta ¿que haces? responde “aquí consultando una revista de interés general”.
- Al que le faltan deditos para ocultar algunas ventanas cuando estoy a punto de acercarme.
- El que se pone sus audífonos y canta a todo pulmón hasta que le decimos te estamos escuchando en toda la sala.
Con todo y esto amo mi trabajo,
disfruto poder aportar algo a los estudiantes que quieren aprender y
aprovechar lo que puedo ofrecerles desde mi experiencia.
Gracias Claudia por tus valiosos aportes a la Biblioteca en pro de los usuarios.
ResponderEliminarDiego, gracias por leer y comentar estás BiblioExperiencias
EliminarRealmente esta biblioexperiencia es muy fascinante y divertida de leer, los personajes de nuestra comunidad universitaria son únicos e inigualables, los mejores.
ResponderEliminarCréeme que hay mucha tela para cortar.
ResponderEliminarjjajaajaaaja FElICIDADES y gracias por sus servicios C.
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