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Mostrando entradas de junio, 2018

Tercer Concurso de Cuento Corto: Espejismo.

Espejismo. Hace tanto calor que la mente del caminante le hace creer que no está en un desierto y lo engaña haciéndole creer que toda esta ciudad es real, pero esta no es más que un perfecto espejismo. Lecretan.

Tercer Concurso de Cuento Corto: LA HISTORIA DE UN CUENTO

LA HISTORIA DE UN CUENTO ¡ S abes!, pienso en hacer un cuento, pero no sé de qué.¿Debería ser sobre un niño que siempre quiso ser astronauta, mas sus pretensiones no llegaron más allá de una computadora? O ¿Sobre un tierno pollito que daría su adorable color amarillo por alzar el vuelo cual águila, pero que su desordenado comer lehacía perder altitud? O ¿Quizás sobre un suave y estilizado billete que solo anhelaba regalar una bella sonrisa al niño, pero que solo alcanzó para comprar un cigarrillo al adolesce nte? No sé qué deba hacer y mucho menos por donde iniciar. ¡ E scucha! entre idea e idea pierdo el rumbo, agoniza mi mente buscando soluciones; solo se asoman pretenciosos bosquejos, que me alejan de mí propósito. Pruebo con un relajante baño de agua fría, pero mi confusión se r esiste a ausentarse. Ahora busco inspiración en la naturaleza: observo las nubes, su s juguetonas figuras y lo despreocupadas que parecen; escucho las aves, lo afanosas que parece...

Tercer Concurso de Cuento Corto: PRESIÓN

PRESIÓN Aprendí a estar bajo presión por el deporte y el ejemplo familiar. Asistir a competencias, entrenamientos diarios, tres duchas al día, maletas pesadas, salir de clases y pensar en mis lanzamientos era algo que agotaba un pequeño cuerpo de doce años de edad a punto de clasificar a un campeonato nacional. Mi núcleo familiar son mi padre, mi hermano y yo. Mi madre no estuvo presente porque falleció cuando tenía nueve años y tengo muy pocos recuerdos de ella, pero sí recuerdo lo mucho que odiaba el deporte gracias a mi padre. Él es un fanático al fútbol, desde muy joven era gran entusiasta de gastar largas jornadas frente al televisor viendo partidos y después en la noche asistía a rigurosos entrenos con un equipo de aficionados. Cuando mi madre lo conoció sabía que eso sería un problema, siempre puso al fútbol por encima de todo. Esto no le importó a ella y decidió darle un chance, el chance se convirtió en un embarazo a los diecinueve años, un embarazo ocult...

Tercer Concurso de Cuento Corto: Friecitos.

Friecitos. ¡Maldita sea!, de nuevo ese maldito frío, ese maldito escalofrío que te recorre todo el cuerpo, ¿qué lo producirá?, es extraño, como si se saliera de adentro, al parecer es el que enfría tus alrededores y no al revés, como si vos fueras el motor de ese frío tan extraño, que te pone la piel erizada. ¿Tal vez, por qué ha pasado de nuevo?, ¿Te has quedado sin ilusiones qué nunca tuviste, otra vez?, eso parece ser. ¿La viste cierto?, la viste acompañada y ella te vio acompañado, a ella de un él y ella te vio a vos de un cigarro. Pensó mal de ti, ella por tu compañía, tal vez con desagrado y vos pensaste de ella que, nada, no pensaste nada, porque el infrasonido que produjo tu ilusión quebrándose, no te dejaba ni siquiera escuchar tus pensamientos, te dejó aturdido, como ya has sabido quedar incontables veces. Entonces, ¿Cuál es el problema?, si ya sos un experto en esos friecitos tan fríos, en esos aturdimientos enceguecedores. No deberías tener inconvenien...

Tercer Concurso de Cuento Corto: NO ESTARÉ HOY

NO ESTARÉ HOY Mi cuerpo: Un maleficio, un pozo de agua cristalina, un ojo verde, una flor bienoliente, un fruto descomponiéndose. Estaba junto al tuyo. Cansados, agotados, sudados. Mi pierna junto a la tuya. Mi mano izquierda en tu pecho, jugando con el dije de tu cadena dorada, ¡Qué imprudencia! Es un cristo crucificado, muy seguramente por todos los pecados cometidos, incluso por el mío –Nuestro- el que no hace mucho cometimos. Tu sexo, tu piel blanquecina, tu cadena. Tus ojos que mienten en cada verdad que me dices, tú dices no, ellos sí. Hay alguien más – digo ¿Cómo lo sabes? Tu cuerpo torturado, caricias, arañazos, lacerado. Sólo me impresiona que una mujer profane tu cuerpo de esa manera, pero es cierto, tu corazón ya le pertenece, no puedo hacer nada, ni siquiera impedirlo. ¿Qué te preocupa? ¿Perderme? Sabes que así alguien posea mi corazón, he permanecido junto a ti, contigo. Pero esta vez es diferente, de verdad la amas. No eres el mismo niño,...

Tercer Concurso de Cuento Corto: INTRUSO

INTRUSO Un olor aletargante se colaba e inundaba el aire de toda mi casa. Era el romero ―me dije. Entreví por mi ventana que daba hacia afuera de la casa y lo vi a él, con sus dedos desollaba una a una las hojas del romero. ― Me la vas a secar―dije. ― No seas tonto, ábreme la puerta―dijo el intruso. Salí de mi cuarto, el olor me parecía extravagante. Abrí la puerta y era él nuevamente. Me dio un beso en la frente –de esos que no se pueden esquivar- ¿Estás solo? ―preguntó. ―Sí, mamá está por llegar. ―Seré rápido entonces. Entró a mi cuarto. El intruso ingresó a mi fortaleza, a mi guarida, a mi corazón, a mi alma. Oía cómo se desnudaba ante mí, el escándalo de sus ropas caídas, la correa, las llaves, las monedas. Frente a mí su piel marmolina, tersa, suave y blanquísima. Me extasiaba. Estaba oloroso a romero. Tomó su mano inexperta y la pasó sobre mi cara. Me envolvía. Sus dedos tocaron más allá de mi sonrisa: mis sentimientos. ― Haz lo q...

Tercer Concurso de Cuento Corto: ¡Jueputa que rico!

 ¡Jueputa que rico! ¡Jueputa que rico!, no sé quién era, no sé si era dios o el diablo o era el amor de mi vida, no tengo idea, solo sé, que me abrazó entre sus senos. Sí, entre sus tetas, lo hizo fuertísimo y sentí como si fuera gigante y descansara mi cuerpo sobre las cimas de dos montañas, como si un viento cálido proveniente de sus senos se colara por cada átomo que compone mi devastado cuerpo y lo dejara renovado. Me abrazó, para decirme que todo iba a estar bien, pero luego me apretó más fuerte y me dijo, todo va a estar mal, para finalmente hasta casi pulverizarme, decirme, nada va estar, nada nunca ha estado, pero aquí, en este infinitamente pequeño instante de tiempo, mientras te abrazo, todo va a estar bien. No me había atrevido siquiera a levantar mis ojos para mirar a aquella creatura que me reconfortaba, que me mataba, que me hacía querer no existir para estar en ese lugar donde ella no existe. Pero lo hice, levanté mis ojos mientras ella revolcaba mi cabello...

Tercer Concurso de Cuento Corto: SUBLIMIDAD

SUBLIMIDAD Alas de Libertad Las miradas nos decían todo. Preparamos la tregua. Al salir, ella se fue, volvió y me puso conversa. Todo controlado con tal de parecer que no teníamos planeado nada. Hablamos un poco, compró algo de comer y hecha la acción final, dijo que iba al baño del tercer piso. ¡Ja! ¿Quién va a subir hasta el maldito tercer piso habiendo baño en el primero y en el segundo? Yo estaba leyendo un libro de José Saramago. Marqué muy tranquilo la página en la que quedé, cerré el libro herméticamente y acto seguido la secundé, con un piso de diferencia (cuando yo comenzaba a subir las primeras escaleras, ella ya iba en las del pecado). No tuve que dar ninguna explicación porque no estaba con nadie. Éramos ella y yo, nadie más. La encontré en una de las curvas de la escalera aquella de caracol. Por el calor, se agarró el largo pelo carmesí en una sola moña como pudo… Fue rápido, preciso, calculado. Su cuerpo se acercó al mío como si fuéramos i...

Tercer Concurso de Cuento Corto: SI ME LA VUELVO A ENCONTRAR

SI ME LA VUELVO A ENCONTRAR Ahora que lo pienso, no sé si la recuerdo más porque me gustaba, o por lo que un día me dijo; quizá por ambas cosas, pero muy bien la recuerdo. Creo entonces que, si a pesar del tiempo en que me dijo lo que me dijo no la he olvidado, quiere decir que tal vez no la olvide sino hasta cuando ya no pueda recordar más, es decir, hasta el día en que yo sea y ya no pueda cambiar. La verdad es que no supe y quizá nunca sabré con qué intención lo hizo, pero aquella vez yo la escuché, no sé si con desprecio o con la misma intención con que lo dijo, a lo mejor, eso que dijo se lo perdono porque gracias a ella lo dejé de hacer. Entre esas confusas imágenes que llamamos recuerdos, la veo a ella cuando estábamos en la escuela Gran Colombia en Palmira, donde estudié la básica primaria en la agonía del siglo XX. Entonces la veo: Rivas de primera en la formación tomando distancia; Rivas disciplinada siempre en las “horas libres”; Rivas, que por sus ...