La oveja negra Le había prometido a la mona, que vengaría su muerte, que no dejaría que su muerte estuviera impune. -Tamara ¿para dónde vas? -me pregunto mi madre Observé su cuerpo escuálido sobre el sillón, decidí ignorarla y salir directamente a la fría calle, en las calles solo se veían los drogadictos y los indigentes andar sin rumbo alguno, doble en la esquina y ahí en el lote baldío, había un grupo de drogadictos, y buscando ahí a Andrés, lo encontré a punto de clavar en su brazo una jeringa pero antes de lo que pudiera hacer lo tome y lo arrastre hasta la cafetería que estaba a dos cuadras de allí. La cafetería solo se encontraban 2 tipos de personas, policías y proxenetas, pero en un barrio como ese, nunca podría encontrar gente que se considere buena y las pocas personas buenas al llegar a ese lugar terminan corrompidas, rotas por completo, igual que sucedió con la mona. Hice sentar Andrés en una mesa y pedí un café. -Tamara ¿Qué quieres? -me pregunta. -quie...