VI Concurso de Cuento Corto: Sol, trabajo y vida.

Yacía boca bajo, sus nalgas desnudas sobresalían junto con la punta de sus dedos que tocaban la corriente del río. No le preocupaba nada, en su descanso el sol le acariciaba la piel, le dejaba la marca de que por ahí se había expuesto más tiempo del necesario al cariño abrasador del “mono”.

La vida había sido justa, justa con Álvaro; Alvarito para los amigos y Don Álvaro para sus empleados. Gracias a ellos estaba allí pero nunca supo agradecer. Llegó el día en que sus trabajadores cansados y cansadas de ser explotados decidieron de manera unánime retirarse, dejando el cuidado de Álvaro a Álvaro.

Después de tres días no pudo seguir, pues él que siempre vio el río como un paseo, los pies para recibir masajes y el sol para el bronceado no entendía que uno es vida, el otro camino y el ultimo es trabajo.



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