VI Concurso de Cuento Corto: Verbo



El terror acompañó la luz que golpeaba en sus ojos entreabiertos mientras permanecía sentado en el filo de la dura cama, que es cómplice de los secretos que le cuenta a su almohada, aquella frase, que hizo suya, permanecía desfilando por los recovecos de su mente estaba seguro que ni un tiro podría arrancársela.


El libro, compañero de insomnios, permanecía en la misma posición abierto exponiendo la frase que resaltaba sin estarlo. La sangre pudo más y volvió a ojear la tinta plasmada por más de diez lustros en aquellas hojas desquebrajadas por el paso inaferrable del tiempo, al momento de posar la primera caricia sobre el primer fonema resonó, con la fuerza del universo, el peso del que conoce desconocerse.


El tiempo tan efímero como contundente pasó no supo cuánto, sin embargo ya iba de vuelta a su hogar en un trayecto tan familiar pero extraño, reconoce vías, esquinas, ventanas, mas no personas; ve pasar letras, ideas, frases que nunca había visto u oído. Igual ninguna de estas era similar a la que en su mente se aloja.


Desde ese despertar arrítmico ha perdido el sueño; la vida y la esperanza son palabras vacías. Han pasado meses, ¿o años? Ya el tiempo no lo siente, ya la vida le ha pasado. Se ha quedado atrás, atorado en una frase que no recordaba, pero que sentía.



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