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Concurso cuento corto: La partida de la Luz



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La partida de la Luz
 
A Felipe 

Cuando estrella llegó a casa, los no-encontró; ellos se habían marchado para no volver, dejando su uniforme de vida en el piso de casa. 

Estrella nombraba con ternura a Sol, su padre, y Luna a su madre; esta analogía significaba coexistencia, mutua necesidad, acercamiento lejano, confluencia de astros y un roce no permitido. 

Sol y Luna se habían marchado, dejando un mensaje en el aire que Estrella logró percibir, el dolor de la tragedia que marcó un instante imborrable. Ya la luz y el calor de Sol no se encontraban, la tranquilidad de Luna no llegaba, el día y la noche se ocultaron tras un eclipse amarillento y arenoso. 

Estrella entendió que todo había cambiado, que era la hora, el justo instante en el su deber era ser fuerte, desencadenar por sí mismo la noche y el día, entendió que el mensaje le invitaba a ser más que una Estrella, trascender, juguetear con fortaleza en los azares de la desdicha y menguar el triste sentimiento de ausencia con un recuerdo imborrable.

Seudónimo: Ophélia


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