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Mostrando entradas de julio, 2018

Tercer Concurso de Cuento Corto: CÓDIGO DE SEGURIDAD

CÓDIGO DE SEGURIDAD Soto en una esquina del banco se erguía con las piernas largas dentro de su pantalón azul oscuro, imperceptible por los demás, pero vigilante. Eran las tres de la tarde y los clientes se estaban marchando, cuando una mano delgada haló la puerta y se dispuso a entrar. ¿Quién era aquel nuevo visitante? Miró al hombre de arriba a abajo. Llevaba un maletín gris con el cierre dañado y una gorra. Le pareció sospechoso, no solo por su camisa azul desteñida y sus botas viejas, sino por sus movimientos azarosos. Miraba hacia todas partes como buscando algo. Lo observó por 5 minutos en la fila. A Soto no se le escapaba ningún detalle. -Central mándeme la Ponal que tengo un 18-01...- Reportó por su radio. En 5 minutos ya había llegado la policía y abordaron al hombre de botas negras. -Me permite sus papeles por favor- le indicó uno de los dos policías. ¿perdón? - Contestó él con la mirada fija, pues era al único que e...

Tercer Concurso de Cuento Corto: ¿A eso llamas amor?

¿A eso llamas amor? — ¿Qué es libertar? — Pregunto aquella chica con lágrimas en sus ojos. — ¡Lo que me has robado! — Grito él, con el ceño fruncido y ojos desafiantes. — ¿¡De qué hablas!? Lo único que hice fue amarte — Respondió ella, sonriéndole tristemente. — ¿¡A eso llamas amor!?, ¡Pero si me quitaste todo! Eres egoísta solo piensas en ti — Refunfuño, tomando su abrigo dispuesto a marcharse. — ¡Espera!, ¿¡Acaso eres un tonto!? Si te he dado todo incluso más de lo que merecías ¿Cómo osas hacerme tal acusación? — Grito, mientras sostenía la manga de su camisa para que no se marchara. — ¡Mujer, apártate de mí! O hare algo de lo que seguro me arrepentiré ¡Estoy cansado! ¿Acaso no lo entiendes? Esa estúpida manía tuya de querer controlarlo todo es sofocante, ¡La odio! Y te odio más a ti por haberme hecho amarte aceptando tales condiciones. — ¿Qué?, ¿Ahora soy la culpable? Eres un cínico, pero si fuiste tú quien n...

Tercer Concurso de Cuento Corto: VIVIR DE NOCHE

VIVIR DE NOCHE Issa Chelsrodt Mi mente sigue despierta, mis ojos no cooperan, parece que tengo insomnio o solo me llegan las ideas de noche, me imagino todo lo que pude haber hecho en el día, lo que estuve a punto de lograr hace un año, lo que pospuse hace tres y lo que haré al siguiente si sigo cumplidamente mi rutina, ¿Se puede vivir de sueños y fantasías?, mi mundo parece ser más sencillo en la noche, porque en mi mente todo es posible. Bajo las tinieblas ya es un nuevo día. Ya debería estar dormido, ¿porque mi cabeza no deja de producir ideas y pensamientos?, me escondo entre cobijas gruesas, ¿Por qué abre dejado la ventana abierta?, nunca ocurre nada nuevo en la villa, el silencio de la soledad de sus calles, las casas de ojos oscuros y la brisa del desierto son ya una constante, aunque una tormenta nos puede sorprender a la hora que quiera, el agua se desata por estas tierras lejanas de la civilización como si no hubiese un mañana. Recuerdo el r...

Tercer Concurso de Cuento Corto: LA NOCHE EN QUE LOS CUERVOS HICIERON DE LAS SUYAS.

LA NOCHE EN QUE LOS CUERVOS HICIERON DE LAS SUYAS. Alas de Libertad Las campanas de la iglesia sonaron nostálgicamente. Se persignó 3 veces y miró al cielo; los cuervos sabían de memoria cómo, cuándo y en qué momentos sucedían esos, sus más grandes festines en aquella época de lluvia donde la carroña escaseaba. Se quedó de espaldas al muro, esperando en silencio el infortunio de su destino. El polvo corría libremente, el sol golpeaba y los curiosos del pueblo intentaban echar un vistazo desde las afueras. El potente estruendo del rudimentario cañón perturbó la alborada, con la parsimonia con que una bajilla de cerámica italiana con detalles barrocos se rompe en el silencio de una casa adormitada, en oscuras y probablemente abandonada. Los restos melcochados, al rojo vivo, fueron 3: uno, dos y tres. Eran las doce del medio día… Aquella noche los cuervos bajaron a hacer de las suyas.

Tercer Concurso de Cuento Corto: Lagrimas sinceras.

Lagrimas sinceras. Por Gamove18 Sofia sabía perfectamente que estaba sobreactuando. La verdad es que ella no sufría tanto como hacia parecer. Seguro que extrañaba un poco a ambos, pero exagerar su dolor le traía muchos beneficios. Podía usar eso a su favor junto con una expresión miserable para que los profesores fueran mas flexibles con ella o soltando un par de lágrimas para que sus tías le compraran bonitos obsequios. La chica había tenido una vida de lo más normal. Eso cambio hace un mes. Cuando su madre decidió irse a otro país (Sofia no se molestó en recordar el nombre) para buscar trabajo, llevándose de paso a su hermano menor. Dejando a Sofia al cuidado de su padre. Ella pensaba que el cambio no estaba mal. Después de todo ella ya contaba con 17 años y se llevaba muy bien con su padre. Además, este era mucho más relajado que su madre. Así que no la molestaba con la hora de ir a dormir, el horario para llegar a casa, las responsabilidades con las que ...

Tercer Concurso de Cuento Corto: SIENDO INTRUSA

SIENDO INTRUSA Y fue entonces cuando estando con él, vi a su amigo con una actitud que siempre odié en los hombres pero que resultó como foco de atención ante mi insatisfacción del juzgamiento. Estuvimos en un club nocturno, la única presencia femenina era yo, consciente de todo lo que podría causar una mirada, un simple tacto de mi mano sobre su brazo o quizás mi sonrisa como manera de aprobación a todo lo que decía él; lo hice. Sabía que podría ser el comienzo de algo que daría por sentado en tan solo unos pocos días. Siempre fui una mujer consciente de sus capacidades de seducción, no porque mi belleza sea avasallante sino porque los hombres jamás se negarán a un cuerpo joven y más aún sí esta es presentada como símbolo prohibido, en mi caso: ser la nueva conquista de su mejor amigo y peor aún, con un pasado que puede ser llamado prontuario. Fue fácil, siempre ha sido fácil con este tipo de hombres. Los pasos a seguir no tienen variación, empezar una conversación co...

Tercer Concurso de Cuento Corto: EL SONIDO DEL VIENTO

EL SONIDO DEL VIENTO Aún siente el sabor a cigarrillo en la boca, ese que usualmente fuma para calmar el hambre. El viento del desierto le golpea los oídos y le impide escuchar las mentiras que intentan decirle. Camina rápido, para no dejarse alcanzar por los estallidos que a lo lejos retumban. Intenta correr, pero la arena irrumpe en sus pisadas. Al levantar la mirada, observa distante a su hermano de vida, a su camarada de lucha quien lo anima para que se apresure en seguir adelante. No sabe si llegará al otro lado, pero trata con todas sus fuerzas. Ya muy cerca, el estallido vuelve a retumbar mientras todos miran absortos. É l cae. Su camarada lo toma entre sus brazos. Sus lágrimas caen sobre la arena. Una mancha roja y tibia impregna su camisa y se esparce tan rápido como la impotencia de su corazón. La ira prolifera en su interior, pero este sentimiento no es reciente, ha convivido con él desde que esta maldita tierra lo vio nacer y por la que diariamente lu...

Tercer Concurso de Cuento Corto: La Misión de Rostof y Palomo

La Misión de Rostof y Palomo Issa Chelsrodt El dinosaurio Rex de hermosa sonrisa, grandes dientes, ojos como avellanas y patas cortas llamado Rostof, en compañía de Blanco Palomo, un búho de ojos grandes, color dorado como el oro con pintas blancas; eran los encargados de resolver toda serie de conflictos sociales y existenciales de los habitantes del Planeta Tierra. Provenientes de la galaxia Genius eran criaturas mitológicas y sorprendentes, bautizados como guardianes del caos por el gobernador (Papo: un mapache con ojo de cristal y piel de conejo) del lugar más pacífico y próspero del cosmos. La Tierra se encuentra en serios problemas, los reyes se levantan entre reyes, los pueblos se dividen por murallas, la tierra llora las invasiones. ¡La enfermedad del Pollo los ha contaminado! – anunció Palomo a Rostof que estaba sentado leyendo un manuscrito ¡Los milenios de paz han culminado!, debemos terminar con esa peste– afirmó con seriedad ...

Tercer Concurso de Cuento Corto: Una comida decente.

Una comida decente. Por Gamove18 Otra vez me echaron, ya ha pasado varias veces esta semana, cada vez que me escabullo al lugar donde huele a comida rica, al principio hay personas que se enternecen al verme y me lanzan comida, pero eso no dura mucho porque siempre llegan las personas parecidas a gorilas que se supone que deberían cuidar la puerta y me sacan del lugar a patadas. Después de lamerme las heridas que me hicieron los gorilas, pienso en donde ir a comer, ya que me echaron antes de saciarme, en ese momento recuerdo que en el lugar rodeado de árboles con una máquina que expulsa agua donde las personas se reúnen, hay un viejecito que vende salchichas y siempre que le hago mi mejor cara me da me comer una. Con eso en mente, empiezo a andar al lado del camino por donde solo pasan los carros o vehículos con ruedas hacia ese lugar, desde donde estoy alcanzo a captar el olor a salchicha, casi puedo saborear la salchicha, solo pensar en eso me hace sal...

Tercer Concurso de Cuento Corto: ÉL

ÉL ¡Atrápenlo! Gritó doña Leonor desde el segundo piso de su casa, pero este con gran ligereza supo sortear la situación, con suficiente velocidad logró salir de la cuadra, no sin antes dejarse deslizar por la reja, saltar hacia la terraza contigua y terminar casi muerto tras ser perseguido por esta. Luego de la persecución su corazón ya no es corazón y empieza ahora otra aventura: encontrar donde guardar el paquete, pero no habían pasado ni segundos y ya su cuerpo reposaba bajo una recién comprada llanta de automóvil y concluye así la vida de él, el gato de la esquina. BLACK HAMMER