Y él estaba allí, en ese lugar oscuro
donde aprovechando su fuerza de hombre me hizo dejar de ser una mujer pura.
Aún lo recuerdo como si fuese ayer y
por más psicólogo que visitase sería imposible olvidar lo vivido. Sus manos
eran únicas, eran tan suaves y tenían un agradable aroma, me agradó que su
sudor se quedará en mí y las gotas bajarán poco a poco por todo mi cuerpo, pero
aun así lo quiero muerto.
Ninguna mujer merece que la obliguen
a hacer algo en contra de su voluntad, no importa sus creencias, su color de
piel, su vestimenta o cualquier estúpida excusa que la sociedad inventa para
que la culpable siempre sea ella.
Esa noche iba a visitar a mi novio,
bueno para ser sincera iba a pedirle que volviéramos de la ruptura que él me
había hecho por algunas conversaciones donde un ex me pedía un encuentro
sexual.
Al caminar un poco, me encontré con
los efectos que las sustancias psicoactivas logran ocasionar en las personas.
Él era un niño realmente por lo que no supera la mayoría de edad, pero aun así
logró lo que quizás muchos querían, pero no de la forma correcta. Se acercó a
mí poco a poco hasta que con una navaja tan fría como la noche y tan sucia como
su mente me apuñaló el abdomen y sin más remedio me quedé callada para poder
sobrevivir y seguir las indicaciones que me daba. Él Podía haber elegido otro
lugar, pero se decidió quizás por la situación en la que se encontraba por un
basural, me despojo de mis prendas y empezó a besarme con una pasión que
siempre desee de mi pareja actual.
Fue horrible, pero a la vez
encantador o psicópata no lo sé. Estaba encima mío y con su navaja abrió un
poco más mi boca y sin pensarlo me lo metió, casi me ahogo, pero no sentía
mucho y eso le enfureció por lo que decidió penetrarme mientras me realizaba diferentes
cortadas en mi rostro, yo no podía moverme ni hablar, mucho menos gemir de
placer o para fingir con él, como muchas mujeres lo hacen con sus parejas para
que ellos se sientan los grandes machos en la relación.
Ya me encontraba
más muerta que viva, más allá que acá, y a él no le importaba, tanto así que
puedo jurar que tampoco lo estaba disfrutando. Cada vez que me cortaba me veía
más fea y perdía el encanto para él, así como las parejas con el paso del
tiempo dejan de sentir amor y buscan una aventura en otros cuerpos, aventuras
que en ocasiones llevan al divorcio, embarazos, suicidios y abortos para no
decir más.
Cuando ese hombre finalizó su acto,
poco a poco fue acariciando mi cuerpo y besaba mis pechos como si no existiera
un mañana y luego para sorpresa mía saca una aguja y cose mi boca, me cogió
puntos con un hilo rojo y una aguja un poco oxidada, para mi fortuna tampoco
sentía nada y él lo noto por lo que empezó a darme patada y puños en mi cara
mientras me gritaba con mucha furia que no le quitara la mirada.
No pasó ni media hora de golpes hasta
que se cansó y llamó a la policía diciendo la ubicación mía. Y como hacen
algunos hombres al enterarse que será padre, huyó como un cobarde. La policía
no tardó nada, prácticamente lo mismo que él en venirse dentro de mí, pero para
mi sorpresa no me llevaron a un hospital.
Al menos mi amada y desesperante
madre si leyó sobre mí y quizás estaba algo feliz de haberme visto en los
noticieros y grandes periódicos del país haciendo justicia “niña de 15 años fue
encontrada muerta con índices de abuso sexual y maltrato físico, el responsable
fue identificado y puesto a disposición de la fiscalía”. Pobre madre mía, le
hubiese hecho caso cuando me dijo que no me convenía.
Ahora lo entiendo todo, cumplió su palabra
y a la vez yo cumplí la mía al decir que primero muerta antes de volver con él.
Siento mucho dejar solo a mi novio,
él no comprendía aquel acoso.
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