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VI Concurso de Cuento Corto: Envidia y alivio

 


 

Sara y Camila se conocen desde bebés, Sara vivía al frente de la casa de Camila y al crecer estudiaban en el mismo colegio. Ambas eran inseparables. Los padres mimaban demasiado a Camila, ella tenía una habitación enorme, llena de juguetes y una cama de princesas. Los padres de Sara tenían una vida modesta, pues Sara tenía tres hermanos mayores, sin embargo, vivía en un hogar amoroso y feliz. Mientras que Camila, a pesar de estar rodeada de lujos no tenía hermanos y en su hogar la madre y el padre permanecían ausentes la mayoría del tiempo por trabajo. Ambas niñas compartían sus vidas alegremente, pero en su interior envidiaban la vida de la otra, lo cual nunca fue impedimento en su relación hasta que llegó el décimo cumpleaños de Camila. En aquella fiesta llena de pasteles, bailarinas, juegos, niños correteando y decoraciones festivas, fue el día en el que ambas amigas escucharon una conversación en la que la madre de Sara le preguntó a la madre de Camila si no pensaban tener otro hijo, a lo que ella contestó que les costó demasiado dinero tener a Camila pero que no importaba pagar lo que fuera por otro hijo, la madre de Sara le contestó que tener a su hija solo les costó 30.000 por tres horas y ambas rieron. Las niñas se miraron sin entender, Camila de inmediato soltó una risita y se burló de Sara diciendo que solo costó 30.000 pesos mientras ella costó millones. A Sara le disgustó y en tono antipático le dijo a Camila que, si tenían tanto dinero porque no le compraban un hermano, le dio un fuerte empujón y molesta se fue de allí. En la tarde del día siguiente, Sara seguía sin hablarle a su amiga, miraba la televisión con su madre cuando de repente vieron luces policiales en su ventana. al asomarse se percataron asombradas que los oficiales estaban escoltando esposados a los padres de Camila y a ella, llorando y gritando, la estaban ingresando a otro vehículo. Sara y su madre se asustaron tanto que muy preocupadas y sobresaltadas salieron de la casa preguntaron a los oficiales que ocurría. Un oficial les dijo que se trataba de un caso de trata de menores pero que no podía dar más detalles. Esa misma noche toda la familia estaba atenta escuchando las noticias, se reportó que un hombre y una mujer fueron arrestados por pagar a una red de trata de niños una gran suma de dinero por una beba recién nacida que había sido raptada de los brazos de madre biológica, quien por años se dedicó a buscar a su hija y en conjunto con la policía lograron dar con sus captores y con las personas que habían comprado los niños. El perfil de los secuestradores descrito en el noticiero relató que no podían tener hijos por cuestiones médicas y no cumplían con los requerimientos psicológicos para poder adoptar. La familia de Sara estaba realmente impactada menos ella, pues sintió alivio al pensar que ya no tendría que envidiar la vida de Camila.

 

 

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