VIVIR
DE NOCHE
Issa
Chelsrodt
Mi mente sigue
despierta, mis ojos no cooperan, parece que tengo insomnio o solo me
llegan las ideas de noche, me imagino todo lo que pude haber hecho en
el día, lo que estuve a punto de lograr hace un año, lo que pospuse
hace tres y lo que haré al siguiente si sigo cumplidamente mi
rutina, ¿Se puede vivir de sueños y fantasías?, mi mundo parece
ser más sencillo en la noche, porque en mi mente todo es posible.
Bajo las tinieblas
ya es un nuevo día. Ya debería estar dormido, ¿porque mi cabeza no
deja de producir ideas y pensamientos?, me escondo entre cobijas
gruesas, ¿Por qué abre dejado la ventana abierta?, nunca ocurre
nada nuevo en la villa, el silencio de la soledad de sus calles, las
casas de ojos oscuros y la brisa del desierto son ya una constante,
aunque una tormenta nos puede sorprender a la hora que quiera, el
agua se desata por estas tierras lejanas de la civilización como si
no hubiese un mañana.
Recuerdo el rumor de
ayer, se dice que en la avenida un edificio de cuatro bloques se
elevaba, tan rustico y frívolo como sus moradores, la edificación
más grande en la villa, su procedencia: una incógnita, se fabrican
hipótesis como que los demonios aterrizaron en estas tierras
apropiándose del coloso de cemento.
Cojo impulso y salgo
por la ventana, quiero dar un pequeño paseo, tantas teorías raras
no pueden ser ciertas, es una casa muy fea, eso es cierto, de mala
fachada y nunca con las luces encendidas a menos que sean las once de
la noche, ¡tengo suerte!, porque las apagan a las tres de la mañana.
Pero nadie sabe nada, hablan sin certeza, sólo que, como muchos
otros, viven de conjeturas. Dicen que la casa tiene vida y espanto
propio, mientras que soy el único loco detrás de un roble con los
pulmones helados que se atreve a espiar ese lugar, retumbante como
una locomotora vieja, emitiendo sonidos muy altos y extraños, no son
rugidos pues no parecen de animales, pero tampoco es música, aunque
si lo fuese, desconozco ese género tan estrepitoso.
Unos
hombres de capa se acercan a la puerta, esta se abre exponiendo las
luces de neón, todas las ventanas reflejan la acción al interior,
parece que se divierten, pero, ¿por qué la capa?, la lluvia me
golpea en compañía de unos truenos ensordecedores. Me atrevo a
ingresar, mojado hasta las medias la puerta se abre ante mí, doy un
paso adelante y la adrenalina me consume, el volumen va a explotar mi
cabeza, casi no veo nada, tropiezo con uno de los visitantes de
enormes garras y cara de lobo disecado, con sus ojos casi saliéndose
de sus orbitas. Otros eran corpulentos, de apariencia más negra que
la noche, de colmillos largos y afilados, voz gruesa y de ultra
tumba.
Me
estoy asando, supuse que era una pesadilla, me acerqué al
bar para tomar algo y tranquilizarme.
-Un poco de mercurio señor- atendió esa voz tétrica con gusanos
en su rostro
De
inmediato, me eche hacia atrás, y mire un espejo, mi rostro todo
putrefacto y mis manos ya descompuestas,
¿Qué lugar es este?, uno donde juegan a lanzar cabezas hacia un
tablero con huecos,
en el que una muralla de muertos, demonios y monstruos de todo tipo
me hacen frente.
Huele a caucho
quemado, lo fuman como a un cigarrillo. Tienen forma de hombre esos
que me acorralan, puedo jurarlo, pasarían desapercibidos entre la
gente fuera de las sombras. ¿En qué parte del infierno me he
metido? Ya se acerca el alba, ya siento sus rayos cruzar por las
ventanas, entonces cierro mis ojos para esperarla.
- ¡Ey!, ¿Estas bien? –dijo Carl jalándome del saco
-No
–respondí mirando la puerta fijamente
-No
es bueno vivir de noche, te andan buscando –comentó
-Parece que es
cierto –mencione perdido, mientras que mis palabras fueron
confusas para él -Nadie se acerca a esta casa. ¡Estás loco!
-Nunca
nadie en su vida debería hacerlo –respondí con el corazón a
mil
-No te fíes
de una que enciende sus luces de noche –menciono Carl
transformando su apariencia en mi peor pesadilla.
Me gustó, habría que ser más riguroso con la ortografía.
ResponderEliminarDentro de las bases del concurso se tiene en cuenta la ortografía
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