Un corto encuentro.
De repente sentí el calor de una mano en mi espalda, era
una mano pequeña, pero me sujeto con firmeza. Es una mujer pensé, debe serlo ya
que al apretar su mano sentía sus uñas en mi piel, además era una mano suave y
no sé por qué razón llegue incluso a imaginar que era la mano de una persona
bondadosa, ¡ja ja! una idea un poco apresurada al juzgar el carácter de alguien
solo por el calor que dejo su mano en mi piel.
Pensé todo esto en un mínimo instante
y seguía perdido
divagando en mis pensamientos hasta que escuché una tierna voz reclamarme:
- ¿Por qué lo
haces?
Entonces sin dar vuelta, ni quitar la mirada de mi objetivo
le respondí:
-Le perdí el
sentido, ya no me importa nada.
Al escuchar mi respuesta creo que ella me entendió ya que
se quedo en silencio, debe estar pensando, me dije en mi mente. Entonces con
voz titubeante me cuestiono por segunda vez:
- ¿Ya no lo soportas cierto?
¿Ya no lo soporto? Entonces si me entiende, pensé en mis
adentros. No puede ser que en estos precisos momentos
por fin encuentro
alguien que me entiende o que por lo menos
trata de hacerlo. Era extraño, solo me ha cuestionado en 2 ocasiones y
con eso dejé de sentirme tan solo, creí que alguien por fin me comprendía.
Debía responderle como mínimo gesto de gratitud por
prestarme, aunque sea un poco de atención…
-No lo soporto, ni
a las sombras que me perturban, ni las inconsistencias que siente el alma…Si es que el alma siente y si por casualidad existiera alma.
Ya no quiero dudar de todo, ya no quiero cuestionarme nada.
Vivir tranquilo el instante e
ignorar la monotonía diaria, mentirme en todo sentido y no detallar nada, tan
solo ¨vivir la vida¨ sumido en la ignorancia.
Le cogí fastidio a todo, ya no me satisface nada. Por pensar
en lo impensable y decepcionarme de no haber logrado nada. Aspirar a la
grandeza y olvidar esta existencia amarga. Pensar en lo sagrado como las banas
satisfacciones humanas y encontrar en la calle y la noche el placer que me hace
falta.
La pasión me es
esquiva, ya en nada encuentro razón, no hay motivación alguna ni objetivo orientador. Y esta carrera tan
bella, quiero pensar que por algo importante me escogió, pero yo solo reniego y la critico creyéndome
digno de dar mi opinión.
Solo, me encuentro en esta vida con amor o sin amor, seguir
es acto de valentía y yo soy un cobarde de corazón. Ni sentido, ni placer,
ni pasión, es imposible seguir adelante sin tener
clara una convicción.
De repente sentí que me soltó, casi pierdo el equilibrio y
mientras giraba mi cabeza para ver por qué lo hizo la vi parada al lado mío en el antepecho
del corredor. Me miro con una sonrisa muy grande y susurrando me
respondió:
-Tienes razón…
Entonces la vi saltar, intenté agarrarla, pero fue un
intento fallido. Me quede asombrado, atónito. No entendía nada de lo que
acababa de ocurrir, mi cabeza daba mil vueltas tratando de entenderlo. Esta
persona tan amable y bondadosa que su ayuda me brindo se veía muy segura y
contenta, entonces ¿por qué se me adelanto en la decisión? ¿Fue mi culpa? Tal
vez no debí decir nada, tal vez solo debí saltar al vacío. Si, eso fue. Otra
vez fui un cobarde, no tuve el valor de hacerlo y su muerte fue el resultado de
nuestra desdichada conversación…
Había mucho ruido, todos los estudiantes del 380 salieron a
ver lo ocurrido y mientras miraban el cadáver
de aquella mujer vieron gotas caer sobre ella, al subir la mirada se dieron
cuenta que eran mis lágrimas, vieron mi rostro
atormentado.
Se quedaron en silencio, solo mirándome.
Seque mis lagrimas
con mis manos frías, tome aire y salte…No podía seguir con esta mierda de
vida, y ahora aun mas al cargar con la muerte de la única mujer que me demostró
interés…
POR: JUDAS
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen nuestra Biblioteca ¡Gracias por Visitarnos!