Cuarto concurso de cuento corto: El espejo.




El espejo.

Era una excursión de la escuela, íbamos al parque de diversiones porque los boletos estaban al dos por uno, entramos en una atracción común: el salón de los espejos, estaba oscuro, había una intriga en el ambiente y de repente apareció un haz de luz revelando un mago, con traje y sombrero de mago, bastante normal, junto a él una figura rectangular cubierta con una manta blanca, retiró la manta inmediatamente después de presentarse y como sospechábamos era un espejo; nos invitó a acercarnos y nos explicó que no era un espejo cualquiera, que "revelaba el futuro", como todos pensamos que era una obvia mentira, nos dijo que miráramos nuestros reflejos, inmediatamente todos volteamos y aparecieron reflejos de adultos, vestidos de distintas profesiones, enfermeras, soldados y un par con casco de ingenieros, pero yo, yo seguía igual, mi reflejo era mi versión infantil, ¿por qué? fue una pregunta que inmediatamente hice al mago, el cual miró a la docente encargada de guiarnos e intentó ocultar su cara de preocupación y me respondió que tal vez era porque no había decidido qué ser cuando grande, pero yo sabía que no era así, lo tenía muy claro, entonces al salir de la atracción me oculté detrás de un telón para escuchar la conversación entre el mago y la docente encargada, descubrí la fría verdad, el espejo estaba embrujado y diseñado para reflejar el futuro pero que mi imagen apareciera tal cual en el presente indicaba que no existía un futuro el cual reflejar, entonces entendí que, la muerte vendría por mí, me asusté muchísimo, mi mundo tal cual como lo conocía, mis amigos, mi familia, todo iba a desaparecer, corrí al baño y después de llorar por unos diez minutos decidí afrontar mi realidad, lo único que debía hacer era disfrutar de mi vida hasta que llegara el triste final, no podía simplemente echarme a llorar, comprendí que la mejor manera de permanecer en este mundo es a través de los buenos recuerdos que las personas que amas tienen de ti, y yo quería ser recordado. Cuando salí del baño entré al salón oscuro y me acerqué de nuevo al espejo, él seguía ahí, bajo ese haz de luz, y yo quería verme, no sé porque, supongo que era una despedida a la persona que alguna vez fui y dejaría de ser, en ese instante, justo cuando me vi a los ojos y respiré hondo, el espejo se quebró, se fragmentó en muchos pedacitos que cayeron al suelo y apareció el mago de entre las sombras, "bien hecho", me dijo, "acabas de cambiar tu propio destino", me explicó que las decisiones importantes pueden cambiarlo todo, y yo había decidido ser feliz. Salí de la atracción y me reuní con mis compañeros, regresé a casa, abracé fuerte a mis padres y no le conté a nadie, desde entonces siempre tengo miedo de morir, pero recuerdo que el mejor consuelo es la felicidad y tomo fuerzas para disfrutar cada día como si fuera el último.

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