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Mostrando entradas de junio, 2021

Quinto Concurso de Cuento Corto: Los‌ sucesos‌‌ tienen‌‌ que‌‌ suceder‌.‌

  Los‌ sucesos‌‌ tienen‌‌ que‌‌ suceder‌.‌   Por ‌ ‌ Danconix‌‌ ‌   En‌ ‌un‌ ‌futuro‌ ‌donde‌ ‌las‌ ‌computadoras‌ ‌cuánticas‌ ‌ya‌ ‌son‌ ‌comunes,‌ ‌una‌ ‌aplicación‌ ‌parlante‌‌ desconocida ‌‌aparece‌‌en‌‌ el‌‌ teléfono ‌‌de ‌‌Victor.‌ ‌ -Soy‌ un‌‌ programa ‌‌capaz ‌‌de ‌‌saber ‌‌qué ‌‌pasos‌‌ debes ‌‌seguir ‌‌para ‌‌alcanzar ‌‌tu ‌‌meta‌.‌‌ Te‌‌ diré ‌‌qué‌‌ debes‌ ‌hacer‌ ‌para‌ ‌lograr‌ ‌que‌ ‌aquella‌ ‌chica‌ ‌te‌ ‌ame.‌ ‌Sin‌ ‌manipulación‌ ‌mental‌ ‌ni‌ ‌nada‌ ‌por‌ ‌el estilo.‌ Simplemente‌‌ haré‌‌ de‌‌ ti,‌‌ el‌‌ chico‌‌ perfecto‌‌ para‌‌ ella‌.‌ ¿cómo‌‌ puedo‌‌ conocer‌‌ lo‌‌ que‌‌ le‌‌‌ gusta‌‌ sin‌‌ ser‌‌ adivino?. ‌‌Desde ‌‌mi ‌‌funcionamiento,‌‌ recolecté‌‌ toda ‌‌la ‌‌información ‌‌presente‌‌ en ‌‌el‌‌ planeta‌ ‌y‌ ‌a‌ ‌partir‌ ‌de‌ ‌eso,‌‌ pude‌‌ predecir‌‌ absolutamente ‌‌todos ‌‌los ‌‌sucesos ‌‌que‌‌ acontecieron‌‌a continuación.‌ También‌‌ a‌‌ partir‌‌ de‌‌ esa‌‌ información,‌‌ pude‌‌ reconocer‌‌ los‌‌ sucesos‌‌ del‌‌ pasado que‌ ‌desencadenaron‌...

Quinto Concurso de Cuento Corto: Visitas frecuentes

  Visitas frecuentes Ars   Para la mente que vaga, cada letra es un hogar.   Llegué invitado por un amigo. De haber sido por mí, probablemente nunca habría visitado aquella casa. La fachada era antigua, pero estaba bien conservada, como si los años no la hubieran tocado. Sin embargo, no entré ese día. Ni al siguiente. Un par de semanas estuve meditando en la acera. La miraba con extrañeza antes de salir como alma que lleva el diablo a alguna otra casa (a veces, incluso, a la mía). Una molesta monotonía junto con una aberración a la repetición me hicieron entrar. La reja no supuso un problema, pero el descuido del jardín casi me hace dar la vuelta para no volver jamás. Aquí y allá, entre jacintos y lirios, pude ver algún mueble reluciendo fuera de tono o arrojado ahí en par patadas; ganas no me faltaron de cargarlos hasta la calle, a que cogieran moho entre la basura, junto con el idiota que se atrevió a tanto. Subí un par de escalones y alcancé una sobria pu...

Quinto Concurso de Cuento Corto: La cantera

  La cantera Ars Nada más inexorable que la cólera de lo inanimado.    El 93, Víctor Hugo   Se juntaron un día las piedras, tras rodar por las lomas de la cantera de la que habían salido a fuerza de picos y sudor. Aunque en apariencia carecían de todo, su voluntad les había dado una boca que ya no les permitía gritar, porque a punta de crueldad, de aplastarse unas a otras, se habían hecho fuertes. Pero, tras rodar y ver que aquello por lo que habían peleado se había destrozado, que ya no eran una, la angustia las abordó con tal fuerza, que hubieran llorado si su alma no se hubiera ya secado. Resulta asaz difícil describir el dolor ajeno; como mucho se puede comprender. Siguieron yendo sobre ellas, como lloviendo, más de sus compañeras y, viendo que por más cerca que estuvieran, no volverían a ser una, surgió un nuevo sentimiento, hace siglos olvidado: la desesperación. Y así envueltas fueron cargadas, apiladas, arrastradas, transportadas y organizadas.  ...

Quinto Concurso de Cuento Corto: Semejante a las tinieblas

  Semejante a las tinieblas     Penetrando en lo más profundo del bosque, se encontró el hombre con un lote baldío; allí había, además de un montón de cabras de diversos colores, un enorme molino de viento, cuyo motor de movimiento no era el mismo aire, sino una enorme rueda que permanecía inmóvil en el momento. Cuando se acercó, dando tan solo un paso sobre el solar, los bóvidos se voltearon para verle, todos a un mismo tiempo, como un millón de almas perdidas buscando un guía. Antes de que aquel individuo pudiera emitir una palabra, los animales se dieron a la carrera, dirigiéndose hacia la enorme rueda del molino; subieron a ella y comenzaron a correr en dirección al oeste, causando con esto que las hélices del enorme artefacto industrial se pusieran en marcha. Frente al desconocido, se quedó únicamente una oscura y sombría cabra, que le miraba con ojos de codicia. ‹‹Di tu propósito›› —susurró en el vacío una voz. ‹‹¿Quién me habla?›› —preguntó a su vez el angust...

Quinto Concurso de Cuento Corto: Complejos

  Complejos   Si alguien hubiera pasado en aquel momento por la casa, se habría encontrado con la imagen ridícula de un hombre postrado frente a la puerta, con la cabeza entre las rodillas y los brazos entrelazándole las piernas, mientras una bolsa de maíz crudo reposaba a su lado, en el suelo. Lo hubiera visto agitarse, porque también lo hubiera oído sollozar, y tal vez hubiera pensado que era el ser más desdichado de toda la ciudad por encontrarse en semejante estado de destrucción interior. En efecto, una mujer pasó caminando y se detuvo frente al primer escalón del primer piso; levantando la vista por mera curiosidad, observó en la entrada de la segunda planta al sujeto en cuestión, en su trágica posición, con el cuerpo tembloroso y ahora sudoroso. Mientras ella pensaba en las posibles desgracias que podrían haberle ocasionado un estado tal, el tipo no hacía más que mortificarse lentamente, llenando su cabeza con pensamientos estúpidos de cómo podría haber evitado el acc...

Quinto Concurso de Cuento Corto: Terrores urbanos en pesadillas mutables

  Terrores urbanos en pesadillas mutables    Estoy segura de que la emancipación de errores tiene su cometido, algunos con tintes egoístamente placenteros y otros bienvenidos. Son las tres de la tarde, el día está oscuro, pero se siente un fresco delicioso, escribo y estoy esperando el bus, ¿será que la gente también se hará más pequeña cuando su cabeza sobre piensa lo que hace años pudo haber sido diferente? Digo, pues me atormenta pensar en el “hola” que ignoré y en la risa que solté cuando alguien se cayó, ¿le atormentará eso a la señora de al lado? La miro con disimulo, parece enojada o, no sé, puede que esté simplemente cansada del estrés laboral o de la vida como tal. Se estira, reposa, bufa; su pie se mueve con impaciencia y por mero reflejo el mío empieza a moverse a su par,  “un, dos, dos; dos, dos, tres” , ese ritmo se mantiene tanto para ella como para mí. Sin querer me percato de la presencia de más personas a mi alrededor, todos con expresiones de fastid...

Quinto Concurso de Cuento Corto: ¿aguas infernales?

  ¿aguas infernales? En la soledad de mi alma voy soltando aquello que me ata. Vagando, vagabas, te ahogabas.  La escasa luz de la luna iba y venía entre forcejeos con las nubes impertinentes que llamaban con cinismo a la lluvia, mis pulmones quemaban y las extremidades ya no me respondían. Mi cabeza chocaba rudamente contra las olas y contra los cuerpos danzantes que, ajenos a todo, pasaban de largo ignorando la desesperación que de mí salía y que le bailaba a la altura de sus pies. Los dos metros de profundidad de la piscina eran el vivo descenso torturante al purgatorio, mi alma se iba como cual pecadora fuese y mis brazos lloraban por encontrar refugio en otros brazos, en otro cuerpo y, por primera vez, no había razón romántica en medio. Grita, pelea que bajando te vas. Abajo hay monstruos, que, entre las sombras,  quieren entrar a mi inconsciente. Abajo se me va la vida: recuerdo los excesos, los amores, las soledades anidadas en el desespero de la insuficiencia....

Quinto Concurso de Cuento Corto: Las ciruelas son más rojas

LAS CIRUELAS SON MÁS ROJAS.    Luljeta Pray   Lucero ¡ole, ese nombre tan bonito! pero no tanto como ella, ella tiene esa boquita bien carnuda, jugosa y rojita, como una ciruela madura, los ojos como un par de uvas isabelita, bien grandes, redondos, oscuros como la noche estrellada y llena de luceros... ella me da ese empujón pa’seguir alante, ayyy, es que uno como hombre empieza a crecer y se empieza a fijar en la belleza, y cae uno bobo, así como caía uno diun árbol buscando  comerse un mango enmelocotao. Hace días no me sale trabajo, pero eso pa’ mí no es problema, cuando uno es bien trabajador y honrado, las cosas se le van dando, usted sabe “ a dios rezando y con el mazo dando” , yo soy bueno pa’ todo, no es por nada pero a mí me gusta mucho aprender, y cómo soy el mayor de la casa, desde los 8 años fui con mi papá a recoger fríjol, y cómo al mes me volví más rápido quel, cómo él se sintió retado me mando pa’ onde mi tío Ernesto, que trabajaba ordeñ...

Quinto Concurso de Cuento Corto: Razones divinas

Razones divinas Siento pena por todos en esta habitación. Por el pastor Ramón, quien intenta justificar, ante los padres de Nell, el plan que Dios todopoderoso tenía para su hija. Entre sus explicaciones, trata de ubicar la tragedia en un flujo divino, inaccesible en razones humanas, pero soberano en sentimientos.   Siento pena por las manos del pastor que dibujan trazos para intentar esquematizar la ubicación del alma de Nell. No está muerta, no ha pasado a mejor vida, no percibe su alrededor, sus emociones subyacen en la impenetrable oscuridad de su sueño: el alma ha agotado sus posibilidades. Sin embargo, el pastor sigue rebuscando una cualidad intrínseca del cuerpo en la cama, una propiedad no orgánica para justificar ese ente. Escudriña desesperadamente una manera de no dejar morir el alma de Nell, el axioma que le garantiza descanso celestial a la chica. “No ha pasado a mejor vida”, repite. La maquinaria a la que está sujeta emite luces y sonidos periódicos. No está muert...

Quinto Concurso de Cuento Corto: Entre sombras

  Entre sombras – Mr. Nobody   3 disparos detienen la tranquilidad de un barrio; fueron detonados por el teniente Aragón que persigue a un sospechoso de 73 homicidios. El teniente diestro en estas persecuciones sabe que es extraño que se le dificulte el alcanzar al sospechoso, toma un descanso pues la persecución forzó al sospechoso a entrar a una antigua fundidora. Recarga su amiga de seis tiros la cual lo ha defendido en varias situaciones. Entra caminando lentamente pues su estresada psiquis le grita que el oculto bajo la antigua fundidora era el homicida. Una linterna y su revolver apartan las sombras; los corredores, los cascos, la humedad, las tuberías oxidadas, el olor a hierro hacían el ambiente algo pesado sobre los hombros del teniente. Un ruido tras los paneles lo alertan y al sentir pasos lo ilumina, el hecho de solo ver el sospechoso le hace disparar 2 veces el cual uno es efectivo; Un sentimiento de confort lo invade pensando que ya gano, se acerca despacio...

Quinto Concurso de Cuento Corto: llaves y cadenas

  Llaves y cadenas - Mr Nobody Un ruido como de llaves y cadenas siendo arrastradas me despertó, no duro lo suficiente como para ubicar su origen. Estoy solo en una casa que desconozco, acostado en una cama que no es mía; intentando parecer dormido pues sé que algo pronto estará aquí. Me distraigo en mi interior, ese espacio mental tranquilo donde buscas información, lleno de preguntas pues a un no comprendo que pasa ni como llegue aquí; me siento reconfortado por un sentimiento cálido dado por una brisa caliente como el aliento de alguien que duerme frente a ti. Desubicado busco una explicación de esta calidez aun disfrutando de ella, pues es un momento de tranquilidad frente a esta frustrante situación. Busco mi espacio en esta cama pues la siento eterna, gigantescamente amenazante, como los senderos oscuros acompañados de criaturas de las noches de luna, luna que me acompañaba con su tenue luz que invadía el cuarto por la ventana; la brisa cálida había parado pero su sentimi...

Quinto Concurso de Cuento Corto: RELATOS BISAGRADOS

  RELATOS BISAGRADOS   «De la soledad casi no recuerdo nada. Bueno, tal vez un poco más de lo que se dice. Distantes momentos centellean mi memoria, arrastrándome al inicio. Inicio encerrado entre candados y pestillos de una puerta blanca divisoria -casi como un sepulcro- que sólo admite el ingreso, pero nunca el regreso de sus visitantes. Los recuerdos de hace más de ochenta años despiertan desde su parcela, invisibles y lejanos, tangibles y cercanos».   De repente, sus ojos abiertos vislumbraron una luz irreconocible, cotidiana y plena. A su alrededor, un cielo de mar azul, como quien quiere gritar que hay mucho más en su profundidad, pero aún nadie lo descubre. Como si los astrólogos no fueran dignos de escrutar su intimidad y sus ojos estuvieran vendados para no ver las riquezas de su existencia. Bajo su espalda, las baldosas frías color herrumbre, cual tintes que tiñen hasta el alma y que han sido testigos de quién sabe cuántos triunfos, romances, derrotas y de...

Quinto Concurso de Cuento Corto: El ultimo recuerdo

  El ultimo recuerdo   Cuando las hojas de los árboles en la época de verano se movían con una libertad particular, en la radio se reproducían canciones que estimulaban la sensibilidad humana. También, en ese momento reposaba sobre una silla de madera, un espíritu con su baúl de recuerdos, que no era visible para nadie ni para su propio dueño, solo se sabía con certeza que la palabra “memoria” se adecuaba a su descripción, ese término con un número tan reducido de letras hizo que pasaran por su mente mil y una incógnitas, se preguntaba a sí mismo: ¿Por qué aquellas fotografías captadas con un órgano tan sorprendente como el ojo ahora no eran tan claras? y ¿Por qué el baúl tenía el poder de decidir “Este recuerdo si” o “Este recuerdo no”? Entonces, esa tarde cerró sus ojos para comenzar una travesía especial, desafiando el poder de su espíritu con la memoria intangible para navegar, no en un barco, viajar, no en bus o avión sino simplemente con el poder de todos los sen...

Quinto Concurso de Cuento Corto: B-6, ETERNO PROMETEO

          P.N. NERGAL. Cohibido entre la lluvia que le golpeaba la cara y el calor del edificio en llamas del cual salió, el cuerpecillo del ser exhalaba los últimos alientos de su corta vida, estertores propios de un ente que no podía ser llamado por nombres propios, siendo libre del laboratorio  en el  cual había crecido, maldecido, amado e interiorizado  por  mucho tiempo. ¿Por qué no miramos hacia atrás? ¿Antes de los restos carbonizados que nos reciben con su vivaz resplandor? “Sujeto B-6, ¿Estás lista? ¿Me escuchas?” fue lo que el hombre de la bata preguntó en cuanto abrió los ojos, su primer recuerdo en el mundo.  Nunca supo cómo se llamaba mientras que se despertaba sobre esa camilla, con el mareo de la anestesia aun lacerando su cabeza, viendo suturas en su piel y en miradas de confusión y expectativa entre los demás doctores, era increíble el éxito de la intervención, mientras un pitido atenazaba su interior y ...