Lo único que recuerdo de ese día son mis piernas corriendo con todas sus fuerzas, el hecho de pensar que mi vida pudo cambiar en solo un segundo me perturba en las noches. ¿Cómo es posible que el hecho de salir a la calle te ponga en riesgo de perder la vida? Eran las 6 de la tarde y apenas se escondía el sol, Jean y Sergio me acompañaban, parecía sentirse un aire de felicidad, el aroma a victoria desbordaba las calles en mi ciudad, habíamos ganado, por fin íbamos a ser escuchados por un Gobierno que solo ayudaba a los ricos, sin embargo, en el fondo de mi corazón lo sabía, era una felicidad sospechosa, algo iba a pasar. Decidimos volver a casa, solo nos separaban unos siete minutos de la seguridad del hogar, pero llegaron. ¿Quiénes?, se preguntaría cualquier persona, pero alguien que vive en Colombia sabe que se siente terror cuando aparecen los que nos cuidan. Eran al menos cincuenta de ellos, armados hasta los dientes, me temblaron las rodill...