Quinto Concurso de Cuento Corto: Reto, salir y llegar con vida


Reto, salir y llegar con vida

 

Salí de casa aquella tarde, sentía miedo, sabía muy bien a lo que me iba a enfrentar. Debía pasar por una zona que era peligrosa y más para una pequeña colegiala.

 

Había tipos depravados que te esperaban en los callejones y salían como lobos cuando te veían sola, eras más vulnerable que dé costumbre, arrancaban tus prendas, baboseaban tus picos que apenas germinaban en aquel terreno. Te metían la mano y te hacían daño, sus grandes dedos entrando bruscamente, su sudor cayendo en tu rostro, ese horrible olor a almizcle revuelto con el olor a cigarro y a licor. Si me pidieran describir los momentos más dolorosos en mi vida, diría que era el tener que andar sola en la calle, no había seguridad y eras como un trapo, un trapo que exprimían hasta hacerte sangrar. Tus gritos no valían, tus golpes tampoco, solo conseguía ponerlos de mal humor.

 

Esos malditos cerdos te devolvían los golpes, los insultos y te hacían sentir culpable de lo que te había sucedido, pero no solo ellos, también la sociedad. Los recuerdos suelen esconderse cuando quiero denunciar, la piel se me pone chinita, un nudo en la garganta aparece.

 

En las noches, las pesadillas vienen, siento aquellas pesadas manos en mi cara, me veo al espejo y hay una mujer maltratada, de sus labios cae la sangre, sus ojos contorneados de un morado oscuro, pero precisamente no es maquillaje. Si tenías suerte te dejaban ir, pero si te hacías la mártir, te mataban, te jugabas la vida… Tal vez yo me la jugué, por eso ahora no puedo contar lo que me ha sucedido, lo hicieron tantas veces y tan de seguido qué cayendo aquella tarde no quise aguantar más, luché con lo que me quedaba de fuerzas, maldije, golpeé, sin embargo un golpe certero por parte de ellos apagó mi vida.

 

Mi madre es ahora quién con lágrimas en los ojos lee mi diario, lee el diario de una niña de once años, pasé por todo esto sola, no quise hablar, tenía miedo y ahora mamá se culpa…


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