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Cartas al desamor: "Ceniza en abril"


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Ceniza en abril
(Autora: Muriel, indefensa criatura)


Gentil flagelo,

¿Sigues arrastrando el gabán sobre las rocas? ¿Aún te divierte asustar a los niños que van de la mano de su madre? Con cólera debo reconocer que no recuerdo tu rostro Miroslav, las grietas en tus labios ahora me serían ajenas, no podría adivinar siquiera en qué mejilla llevabas esa pequeña cicatriz que me parecía tan graciosa.

¿Recuerdas tú la mía, amado invasor? Te despojaste de los guantes solo para sentir mis surcos sobre tus dedos. -Mûriel, indefensa criatura- murmuraste besando mis párpados, -mañana todo quedará en el pasado-.

¿Recuerdas las campanas y las sirenas?¿Los estallidos obscenos, los fulgores en la canícula, las súplicas de mi padre y el sabor a tierra tibia bajo la lengua? Llovió ceniza en abril querido verdugo, y me pregunto si recuerdas las manchas de sangre refugiadas sobre tu solapa. -Todo quedará en el pasado-, dijiste apretando por segunda vez el gatillo, -mañana sabrás agradecer la misericordia que tuve con tus padres-.

¿Recuerdas el sonido inerte de mi llanto?¿Te persigue acaso por las calles donde finges aún ser un héroe? Tu débil hazaña me despojó de los brazos del amor paterno, me arrebató sin ternura el amor materno y me prohibió para siempre el amor pasional. Nunca olvidaré tu nombre Miroslav, aunque tu rostro me haya sido velado.

Se que algún día te miraré de frente y podré reconocer tu sonrisa intranquila. Por lo pronto ten presente que recuerdo a cabalidad la tenue cadencia de tu aliento marchito y el perverso color de tus más crueles deseos.

Te recuerda siempre
Mûriel, indefensa criatura


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