Ir al contenido principal

Cartas al desamor: "¡Que esto se acabe!"


Amor, Anti San Valentín, Concurso Las cartas al desamor, Desamor, División de Bibliotecas, Estudiantes Universitarios, Univalle,


¡Que esto se acabe!
(Autor: J.C.)

En el fondo sé que tienes toda la razón en terminar con esta relación, con la paz de mi alma y mis sueños dorados de un mejor mañana para los dos. Y yo también tenía la razón al sentir desconfianza y miedo a lo cual tú llamabas obsesión, pero era simplemente el hecho de sentir en mi corazón, esa daga de tu desdén y oculta traición, que sin pesar ni remordimiento, lentamente atravesaba mi pecho sin derecho al perdón. Y ¡sí! Está bien, ¡maldición!

¡Qué se acabe pues!, y que con ello, se termine la tortura de la duda que con tu proceder sembraste en mi razón. ¡Que se acaben las noches de hacerte el amor, sin que te dignes a devolverme mis caricias en medio de la pasión! ¡Que se terminen los días de mi esclavización, dedicado a ti en pro del amor, aquél que hipócritamente me ofrecías por mi dedicación! ¡Que se acaben mis caricias por tu cabello sin que me llaméis la atención! Mis frotes en prurito por tu espalda, sin ningún tipo de retribución; como también las noches en las que el insomnio te aquejaba, arrullándote hasta hacerte dormir sin objeción.

Que se acaben mis palabras dulces sin que te quebrantes, y con ello también el esfuerzo y la hipocresía de tu pretender, supuestamente, después amarme; cuando desde hace mucho tiempo solo deseas escucharme decir: ¡que esto se acabe!

Sinceramente,

J.C.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Concurso Cuento corto: LA NEGRA CARLOTA

LA NEGRA CARLOTA Ahí viene! La negra Carlota que se pasea por la plaza, los chicos se vuelven locos por su cintura y su cadera. Pero mira que no ven lo que lleva por dentro, se siente triste, absolutamente sola, denigrada y sin dignidad aluna. Por qué todos los días, tiene que salir a vender su cuerpo, para poder mantener a sus ocho hijos. MARIA CUENTO

VIII concurso del cuento corto, ¿NO SABES DE SEBAS?

 ¿ NO SABES DE SEBAS? Toda las comodidades posibles su familia le entregó, vistió bonito bajo la luna y fresco bajo el sol, no le gustaba la lluvia y se quejaba del calor; la primera su cabello despeinó, la segunda excesiva transpiración le brindó. Estudió, entrenó y trabajó, pero nada de eso le gustó. Sus parientes le enseñaron lo bueno y lo malo él escogió. Una amistad le presentó la calle y eso sí que le encantó. Conoció una amiga nueva y con ella se quedó, fue un cambio abismal; pasó de su casa a un callejón. La ese se agrandó, ahora se cree un dios, dejó de ver por ojos ajenos y de todo se adueñó. Venía de la nada, pero iba por todo. Las caricias de su madre jamás las aceptó, las de su abuela siempre las ignoró, y los consejos de sus tíos nunca los escuchó. Hasta los quince años de su casa no salió. Si un día quiso aquellos zapatos; mami se los compró Quería estar a la moda; papi lo vistió. Como la e, salió de noche sin saber para dónde fue, vistiendo de negro desde la cabe...

VIII Concurso del cuento corto, SANTA ELENA CITY

Dicen que estoy loco. Algunos se preguntan cómo terminé aquí, pescando en el caño de la galería Santa Elena. Yo les digo que no es ningún caño, que es un río, pero que ellos todavía no lo pueden ver. Se ríen de mí, tomándome como un caso perdido. Qué más da, sigo en lo mío, tratando de pescar alguna rata en este majestuoso río negro que se extiende por toda la ciudad. ¿Que cómo uno termina viviendo a la orilla de un caño, en medio de la basura y de los adictos? Eso es fácil de responder, toda la respuesta radica en que uno se aburre, se cansa, se fastidia de llevar una vida inalterable. Se cansa de las mañanas en las que te levantas y quieres seguir durmiendo, pero sabes que si sigues durmiendo al rato llegarán las llamadas de tu jefe para preguntarte no cómo estás, sino cuánto tardas en llegar. Un ser humano normal se fastidia del día a día, de la lucha por la supervivencia urbana, de los malos tratos entre nosotros mismos, de los horarios, de las metas que tienes por cumplir. Díganme...