Ir al contenido principal

Cartas al desamor: "¡Cuánto te odio!"


Amor, Anti San Valentín, Concurso Las cartas al desamor, Desamor, División de Bibliotecas, Estudiantes Universitarios, Univalle,

¡Cuánto te odio!
(Autor: Juan Pablo García Forero)


Cuanto te odio. Si así es, no sabes como te odio, te detesto a ti Santiago de Cali. Porque mientras tus calles son recorridas por la magia el color y la alegría, y mientras tu popularidad crece con el pasar de las generaciones, yo me hago más invisible a cada segundo, yo no tengo magia claro que no, no hay ni vestigios de ilusión, soy carne, soy hueso y sangre... sangre que me grita, que me ahoga o me asfixia realmente no se, qué importa la definición, que interesa el concepto ahora... ahora que me quedo sin vida, ¿a caso la etimología traerá de vuelta el tiempo que juntamente con mi espíritu abandona mi cuerpo, será posible que la sintaxis logre que recupere el calor después de este haber abandonado rápidamente mi piel? 

Tantos recuerdos llegan a mi mente en estos momentos que no puedo distinguir dónde comienza uno o dónde termina, pero mientras pasa ese rollo de fotografías una tras otra a gran velocidad frente a mis desorbitados ojos fijos en la nada y se convierten en la película proyectada de mi vida, escucho tan fuerte y tan claro las palabras de aquel profesor brillante, loco, que en su locura dijo un día en clase "todos somos una narrativa, cada uno de ustedes es un relato, yo soy un relato y la idea de que un relato sea malo o bueno aquí no cabe, el punto está en que tan bien contado esté, ¿eres un relato bien contado que llama la atención y muchos quieren oír o uno tan mal contado que los demás ignoran hasta de que se trata?" No había nunca recordado esas palabras pero parece que jamás las olvide. Será que temo tanto a que mi vida sea un relato de esos segundos que nadie quiere oír. Que por nacer estamos siendo historia dicen otras personas, pero si mi vida no fue ni siquiera una anotación a pie de página en esa historia, ¿o si lo es pero está en un libro que jamás nadie va a leer o tan siquiera abrir? Hoy ese temor me invade haciéndose tan grande cada segundo que paso aquí tan quieto, inmóvil sin poder hacer nada solo odiándote Santiago de Cali, y el porqué tu lo sabes. Mi vida pudo ser un relato escrito a braille mal narrado para todo el mundo, menos para ella, la única mujer que ame y que cuando sentí mía tú me arrebataste sin importarte que estaba atada a mi corazón. Y tu, que conoces de magia, alegría y color no supiste en ese momento nada de lógica y mucho menos de delicadeza, fuiste para nada sutil y tomándola halaste tan fuerte que mi corazón atado a su existencia se desgarro de mi pecho, que hoy frío y recorrido por mi propia sangre, esa que grita sin que ella pueda oírme que sigo siendo suyo deja de ser mío. Muero al paso de cada segundo tan rápido, tan lento, tan real, acá tan lejos, bajo otro himno, otra bandera, otro idioma. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Concurso Cuento corto: LA NEGRA CARLOTA

LA NEGRA CARLOTA Ahí viene! La negra Carlota que se pasea por la plaza, los chicos se vuelven locos por su cintura y su cadera. Pero mira que no ven lo que lleva por dentro, se siente triste, absolutamente sola, denigrada y sin dignidad aluna. Por qué todos los días, tiene que salir a vender su cuerpo, para poder mantener a sus ocho hijos. MARIA CUENTO

VIII concurso del cuento corto, ¿NO SABES DE SEBAS?

 ¿ NO SABES DE SEBAS? Toda las comodidades posibles su familia le entregó, vistió bonito bajo la luna y fresco bajo el sol, no le gustaba la lluvia y se quejaba del calor; la primera su cabello despeinó, la segunda excesiva transpiración le brindó. Estudió, entrenó y trabajó, pero nada de eso le gustó. Sus parientes le enseñaron lo bueno y lo malo él escogió. Una amistad le presentó la calle y eso sí que le encantó. Conoció una amiga nueva y con ella se quedó, fue un cambio abismal; pasó de su casa a un callejón. La ese se agrandó, ahora se cree un dios, dejó de ver por ojos ajenos y de todo se adueñó. Venía de la nada, pero iba por todo. Las caricias de su madre jamás las aceptó, las de su abuela siempre las ignoró, y los consejos de sus tíos nunca los escuchó. Hasta los quince años de su casa no salió. Si un día quiso aquellos zapatos; mami se los compró Quería estar a la moda; papi lo vistió. Como la e, salió de noche sin saber para dónde fue, vistiendo de negro desde la cabe...

VIII Concurso del cuento corto, SANTA ELENA CITY

Dicen que estoy loco. Algunos se preguntan cómo terminé aquí, pescando en el caño de la galería Santa Elena. Yo les digo que no es ningún caño, que es un río, pero que ellos todavía no lo pueden ver. Se ríen de mí, tomándome como un caso perdido. Qué más da, sigo en lo mío, tratando de pescar alguna rata en este majestuoso río negro que se extiende por toda la ciudad. ¿Que cómo uno termina viviendo a la orilla de un caño, en medio de la basura y de los adictos? Eso es fácil de responder, toda la respuesta radica en que uno se aburre, se cansa, se fastidia de llevar una vida inalterable. Se cansa de las mañanas en las que te levantas y quieres seguir durmiendo, pero sabes que si sigues durmiendo al rato llegarán las llamadas de tu jefe para preguntarte no cómo estás, sino cuánto tardas en llegar. Un ser humano normal se fastidia del día a día, de la lucha por la supervivencia urbana, de los malos tratos entre nosotros mismos, de los horarios, de las metas que tienes por cumplir. Díganme...