¿No han escuchado
esa frase que dice: “no hay peor ciego que el que no quiere ver”?
Todo comenzó cuando
Sofía tenía 15, quería tener siempre la aceptación de su padre, odiaba poder
decir no cuando le pedía algo.
Su papá era como
su héroe, todo lo que nunca pidió, pero sin pensarlo lo mereció.
Con ella y por ser
la primera mujer de la familia era amable, era cariñoso y siempre trato de
hacer que ella consiguiera todo lo que pedía, se esforzaba mucho por ser buen
padre, al menos eso decía su madre, ella solo logró ver un padre que le
complacía en todo. Mediante fue creciendo se dio cuenta de que su familia no
era tan perfecta como aparentaban. Cuando empezó el grado sexto, empezaron los
problemas en su hogar, desarrolló personalidades distintas, que para una
familia religiosa no le agradaba en absoluto, La adolescencia fue y será la
época más compleja en su historia, empezó arrastrarle la presión social, a
querer hacer todo lo que estuviera a su alcance para agradarle a sus
compañeros, su papá no tomó eso muy bien que digamos, ya que para él lo único
que hacía era cometer errores de los cuales él no se sentía orgulloso, ella
solo era una niña tratando de agradarle a la gente que le rodeaba.
Hubo bastantes
cosas que le hicieron darse cuenta que nada estaba bien, los insultos de su
papá eran tan fuertes que a veces no los soportaba, una vez le robaron el
celular y cuando fue a contarle a su padre recuerda llegar a casa contarle todo
a su papá y ver su cara de decepción, luego pasar a enojo, recuerda que no solo
la golpeo ese día, sino todas las cosas innecesarias que dijo, que en este
momento están grabadas en su cerebro tan claramente, su cara mientras lo decía
fue lo que más la rompió, entre esas cosas dijo que ella nunca había sido una
buena hija, que estaba decepcionado de ella, que desearía que en ese momento
ella no fuera su hija y más cosas qué por el momento es mejor no recordar,
tiempo después de lo sucedido, todo se quebró entre su padre y ella, paso de
ser un padre cariñoso a ser un padre maltratador física y psicológicamente,
cada día que podía le sacaba en cara lo mal hija que era, le miraba con
desprecio y ella se hundía más en su dolor, solo quería desaparecer, así que en
esa etapa de su vida empezó la depresión hacer cambios en ella, sus notas cada
vez eran peores, y su autoestima bajaba como piedra que cae al mar y sabes que
no volverá a subir, en las noches lloraba pidiendo que nunca hubiera ella
crecido y haber decepcionado a su padre para merecer tanta repugnancia hacia
ella de su parte, decayó tanto que al final no le quedo más opción que ir a
psicología, le diagnosticaron trastorno mixto de ansiedad y depresión, le
mandaron pastillas para dormir y estar relajada, pero ella sabía que eso no le
quitaría el dolor de saber que pierdes algo que para ti era tan valioso,
especial y adorado.
Con
el tiempo trato de quitarse ese peso de encima, pero era tan difícil, ella
sabía que todo eso tendría que haber pasado alguna vez, no de esa forma quizá,
pero sentía que la vida le abría los ojos de una manera tan fuerte en la que la
luz que le había entrado a la pupila la había hecho hasta llorar.
Sofía
aprendió a soltar toda esa culpa, aprendió a ser feliz, a soñar y poder
despegarse de ese pasado tan duro que le tocó, su padre en cambio se quedó
estancado, queriendo ver a Sofía en el hoyo, verla caer y sufrir en el proceso.
Pero no pudo lograrlo porque Sofía no quiso recibir nunca más su desprecio y se
desprendió de todo eso, logro ver sus sueños ser completados y jamás fue tan
feliz, aprendió que a veces a las personas les toca pasar por cosas que no
merecen, eso no significa que sean malas personas solo es el destino poniendo a
prueba sus habilidades.
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