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Mostrando entradas de octubre, 2018

Tercer Concurso de Cuento Corto

Tercer Concurso de Cuento Corto: La manta yámbica

La manta yámbica La manta yámbica es una manta estilo árabe de tres metros cuadrados, lleva la silueta de un rostro de mujer y un fondo entre naranjas, amarillos y visos azules, rojos y verdes. Las mujeres que la usaban suponían ser modelos desnudistas para pintores o fotógrafos; arroparse con la manta en una plaza o calle, sin cubrirse los ojos o los pies, era señal de ofrecer el trabajo. Si el artista gustaba de lo que alcanzara a ver, debía tomar a la modelo y llevarla entre la manta hasta conseguirle un vestido como forma de pago. El trabajo no era bien visto y muy pocas se atrevían a dejarse identificar como parte del oficio. De hecho, los pintores y fotógrafos estaban obligados a cambiar el rostro del posante o simplemente hacer composiciones sin cabeza. Otros, algunos más a la vanguardia se decidían por cabezas de carnero, aves carroñeras, búhos o lagartos. El asunto es que ayer en la tarde usurpé una casa ajena, un apartamento sin mucho lujo pero bien amobla...

Tercer Concurso de Cuento Corto: MI AMIGA

MI AMIGA Ambos éramos muy unidos. Cuando amanecía, mi madre me daba el desayuno, me hacía bañar e ir al colegio; en las tardes, después de hacer tareas, por fin podía ir a su casa a jugar, ella me recibía sonriente, pese a que le faltaban tres dientes del frente; su gato Zaz tan apegado a ella como aquella libreta que siempre cargaba debajo su brazo —ella era un poco olvidadiza— me miraba con ojos de vigía cuando me acerba a ella en son de paz para darle su beso de saludo. Tanto ella como yo amábamos los libros de investigación, jugábamos a que ella era Sherlock Holmes y yo el Doctor Watson, pero debido a la nefasta memoria de mi amiga, terminábamos buscando en vez del culpable del robo de las joyas, las pastas de mi amiga que se debía de haber tomado unas horas antes. Mi amiga y yo no solo compartíamos gustos, sino también disgustos, ambos odiábamos los vegetales, la oscuridad, los remedios, de mismo modo odiábamos que fuéramos tan enfermos, yo tenia asma y ...

Tercer Concurso de Cuento Corto: Una víctima del destino…

Una víctima del destino… Ahí estaba yo, y ahí estaba él, de casualidad, como un juego macabro del destino, ese tipo de juegos que tiende a ponerte en el sitio indicado, en el momento preciso. Nunca pensé volverlo a ver, mucho menos que él me vería primero, y que se alegraría de verme, lo suficiente como para agarrarme por la espalda y taparme los ojos, cosa que nunca hizo mientras estuvo a mi lado. Era el hombre ideal, me encantaba lo que vivíamos. Pareciera que la suerte se burlara de mí, de nosotros, poniéndonos en el mismo sitio. Pasó tanto tiempo después de la forma tan cruel en la que nos separó. Dejándome claro que el amor, solo es un azar caprichoso del destino, que se puede ir, justo cuando está en su mejor momento, y dejarte así, desolada, como incompleta… Reconocí su olor, esa magnífica fragancia que llenaba mi alma. Al darme cuenta que era él quien tapaba mis ojos, mi corazón y mi mente empezaban una carrera. Latía tan rápido, que podía sentir como la ...

Tercer Concurso de Cuento Corto: Lecciones de ortogravida

Lecciones de ortogravida “ Te quiero contar acerca de mi vida en los últimos meses. Han cambiado algunos de mis pensamientos y posturas frente a la vida, hoy te encuentras ante a otra persona, aunque esto es algo natural en la sociedad, todos cambiamos una y otra vez. Pero lo que pasa conmigo es la consciencia de la evolución, he reflexionado y me he encontrado con distintas teorías que tratan de dar sentido a mi vida, y por algún motivo, llego a la conclusión… que: Te quiero conmigo, mas sin embargo, tengo miedo de tu negativa. No encuentro el momento oportuno para confiarte esto que pasa por mi mente, claro que apenas caigo en cuenta que no hay momento oportuno; que siempre existirá ese miedo latente; que lo debo hacer con miedo; que no puedo aplazar esto. Te aclaro que la decisión que tome hace algunos meses, no trae para mí un arrepentimiento, pues el tiempo en que no hemos continuado juntos, lo he utilizado para crecer. Esto es muy importante, es de resalta...

Tercer Concurso de Cuento Corto: Biofilia

Biofilia Por: J.S. Rincón Al caer la noche cayó la puerta. Ella me escondió debajo de la cama mientras intentaba contener las lágrimas. La tomaron del brazo y me agarraron de las piernas. En el jardín nos pusieron de rodillas una frente a la otra, la luna llena iluminaba todos los saltones y ella me miraba. Pude ver en sus ojos como el pequeño rayo de esperanza se iba desvaneciendo a medida que las nubes cubrían la luna. Antes de partir mamá dijo que le encontraría en la lluvia. Con el sonido de una bala ella se desplomó. Me recosté a su lado y dije adiós. Sonrió y cerró sus ojos. Con botas puestas y morral al hombro trepé montañas, crucé ríos y hasta alcancé a echar bala. Junto a Amanda y Raquel recogía madera y de vez en cuando bayas para mezclarlas con el agua panela. El tinte marrón de la panela se convertía en violeta, violeta igual a los saltos de aquella cumbre. Recordé el frío y la niebla que sostenía mi paraíso. Me arrebataron todo lo que con orgullo ...

Tercer Concurso de Cuento Corto: La condena perenne

La condena perenne El día señalado para su ejecución Billy Hoffman solamente sonreía. Confiaba en su propia suerte y habilidad para escapar, como siempre lo hizo durante los últimos siete años en los que acumuló variados y extensos crímenes. Su confinamiento se dio por su propia voluntad, Billy quería demostrar ser alguien intocable, perteneciente al grupo de aquellos pocos que doblegan el destino a su favor. Al llegar el último día, tres fueron los soldados que entraron en su celda, le sometieron, lo esposaron, le arrojaron fuera y le ordenaron seguirles. Mientras el grupo de hombres caminaba por un extenso pasillo, Billy consideraba cada una de las posibilidades que podría sortear fuera. Cada una de estas se vio aniquilada cuando la luz descubrió un paisaje cubierto de fusiles que le apuntaban, al menos tres cuarteles enteros de hombres cubrían el espacio con tal de no dar chance alguno de escapatoria. La única opción disponible parecía la muerte. Billy s...

Tercer Concurso de Cuento Corto: Quizá sea un cráneo.

Quizá sea un cráneo. Cristian miró el reloj con los ojos medio abiertos, vulnerables a la luz como la carne bajo una herida recién abierta, los números flotaban en la oscuridad con un rojo inquietante y le informaban que solo habían pasado 10 minutos desde que se acostó a dormir, pero para él se sintieron como horas. Las noches se hacían cada vez más largas, tan largas que ni siquiera los dos porros que se había fumado antes de acostarse le habían servido para prolongar el sueño. Su insomnio estaba acabando con su vida y ahora la medicina había dejado de ayudar, las drogas nunca lo habían hecho y ya no le quedaban más opciones que contar ovejas, tres mil en vano. Se frotó los ojos e intentó volver a dormir pero fue inútil así que encendió la lámpara y otro porro y se quedó observando el caos que representaba su habitación y todo su apartamento en general. Ese era su nuevo pasatiempo, quedarse observando sus problemas en vez de hacer algo al respecto. Su apartame...

Tercer Concurso de Cuento Corto: EL PASADO ES UNA HISTORIA QUE NOS CONTAMOS A NOSOTROS MISMOS

EL PASADO ES UNA HISTORIA QUE NOS CONTAMOS A NOSOTROS MISMOS Duver tiene alrededor de cincuenta años; es flaco, alto y de ojos saltones. Lo he visto merodeando por todo el lugar; barriendo, cortando el pasto, el otro día vi que hizo una huerta y que arreglo el tendedero, va de un lado a otro todo el tiempo; las personas que se mueven mucho parece que huyeran de algo. Llevo sentado en este mismo lugar casi todo el día; retraído, observando todo para no pensar. Hace cuatro semanas estoy aquí y los días y noches pasan lento. No hablo con nadie más que la terapeuta que siempre pregunta por mi pasado, cómo si alguno de nosotros quisiera hablar sobre el pasado. Duver parece buena persona; aunque, él tampoco habla con nadie. Anoche no pude dormir: soñé que la habitación donde estoy durmiendo, en el pasado había sido una pesebrera en la que torturaban gente y que yo estaba ahí sin poder moverme mientras una cara macabra me susurraba en un lenguaje que no podía entender....

Tercer Concurso de Cuento Corto: Letras de oro

Letras de oro y de pronto le cayeron encima “100 morocotas de oro”, estaba inmerso en aquel momento que tanto había añorado, pero no sabía qué hacer, jamás imaginó que llegaría tan lejos, aquella mujer que lo había salvado de la soledad estaba a punto de irse con él. En una tarde de un hermoso día, un joven se acercó a una bella mujer en un parque pero antes de que hiciese algo, ella le dijo que andaba muy ocupada, así que él la miró a los ojos sonrío y se alejó. Ella estaba preocupada porque había perdido su casa en una hipoteca, razón por la cual debía mudarse en menos de dos semanas, una amiga le había conseguido un empleo en otra ciudad, pero no tenía dinero para el tiquete, pues no disponía de un trabajo actual ni de amigos que le prestasen dinero. Poco después acudió a ella un rostro, como si de algún truco de magia se tratase, sí, era el rostro de aquel apuesto joven que no hacía mucho se le había acercado; se agachó un poco y recogió una tarj...

Tercer Concurso de Cuento Corto: Dioses entierran todos los días

Dioses entierran todos los días Pensar que no somos más que simples esclavos, condenados por el destino a ser lo que debemos ser. La montaña ha de ser montaña y cederá si así lo amerita la causa. El árbol ha de ser árbol y firme ha de vivir a menos que se le arranque. Los animales igual, nacer, crecer, reproducirse y morir. Nada más queda. Al otro, al ser humano, en cambio, corresponde la libertad: ​ el ser humano está condenado a ser libre y ha de creerse libre y hacer todo lo que le plazca a menos de que se le imponga otra cosa. Todas las cosas y todos los seres, poco importan en proporciones universales. A las cosas pequeñas –que son todas- acaecen pequeñas cosas. El universo aburrió a los dioses y, siempre en búsqueda de distracciones, todos murieron. Pocos lo saben pero, toda vida es eterna. Es a los testigos de la muerte a los que les parece de otra manera, no a los muertos. Como si no bastaran las ironías y contradicción: también la muerte es eterna. Aunque ...

Tercer Concurso de Cuento Corto: Electrón con crisis de identidad

Electrón con crisis de identidad Cuando estaba frente a esas dos puertas abiertas, supe que debía entrar por ambas a la vez. Si una sola estaba abierta, no era yo por completo, sólo particularmente. A. J. Vine

Tercer Concurso de Cuento Corto: Trianguland

Trianguland Érase una vez un país plano donde solo vivían triángulos, no había ninguno idéntico a otro. El Estado lo conformaban dos grandes grupos, uno según sus lados y otro sus ángulos. A su vez, cada uno, se subdividía en tres tipos. En el primero de ellos, se encontraban los equiláteros, su perfección, simetría y armonía, los convertían en los más admirados. En este mismo colectivo estaban también, los isósceles, su altura no los dejaba pasar desapercibidos, la igualdad de los ángulos en su base les daba imponencia, y su vigorosa punta tenía alelados a sus muchos pretendientes. De últimos en esta primera categoría, quedaron los escalenos. No suscitaban mucho interés entre el resto de los nativos y nadie quería emparentarse con ninguno de ellos por la disparidad de sus dimensiones. Por su parte, ellos defendían su mala reputación y alegaban tener destreza con teoremas como el del seno o el coseno que no empleaban triángulos como los rectángulos. Algunos de sus detr...

Tercer Concurso de Cuento Corto: Viejo sol

Viejo sol Ars La habitación podía parecer ostentosa, pero el antiguo sillón que ocupaba el hombre y las rasgadas cortinas que colgaban a su espalda indicaban lo contrario. El anciano, tranquilo y severo, leía una breve bitácora de navegación - recuerdos de una juventud a veces olvidada -, mientras sostenía una pipa bien cargada entre sus labios. Tras las cortinas se abrían bosques y valles, invisibles a causa del mar de oscuridad en el que estaban sumergidos. Por tercera vez decidió cargar la pipa con más tabaco. Sin quitar los ojos del libro y con gran pericia, la rellenó; mientras los rayos de luz se filtraban delicadamente a través de los huecos del cortinaje. Rápidamente, el sol arreció y sus haces terminaron de desgarrar la tela. Sin oposición alguna, la luz golpeó la espalda del viejo y borró de la vieja bitácora todo rastro de tinta. El hombre, empleando todas sus fuerzas, volteó el sillón y colocó aquel libro en blanco sobre una pequeña mesa. Dej...

Tercer Concurso de Cuento Corto: DESENCANTO

DESENCANTO Habían pasado más de 400 días de caminar junto a una mano que me tomaba por la vida y me daba media vuelta de emoción y otra media de alegría. Cerca a estar saciados, a creer que todo duraría para siempre, apareció la sombra del instinto, ese que todos llevan dentro, y arrasó con el camino de flores que una vez imaginé inmortal. Yo estaba sentada en medio, jugando como siempre, a ser inocente y no creer en las mentiras, pero eso no importó, me llevó consigo el ventarrón de realidad. No me di cuenta en qué momento pasó, pero para cuando ya me había puesto de pie, no quedaba rastro de confianza ni gota de felicidad, todo lo bueno estaba ahora en mi mente, en los recuerdos que he de guardar hasta que esta piel que habito se deshaga. Seguía por ahí ese ser que un día había iluminado mi vivir, pero yo ya no estaba, me había perdido por un caminito de piedras grises que me tallaban los pies, me encontraba totalmente desconcertada, los pasos eran cada vez más di...