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Tercer Concurso de Cuento Corto: VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO





VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

Para el concurso de talentos, Julio se presentó frente al público y aseguró haber construido una máquina capaz de darle la vuelta al planeta en veinticuatro horas sin moverse de su punto. Por supuesto, para aquella fecha, realizar aquel viaje en ese tiempo era posible para la milicia y para aquel que pudiera permitirse un jet privado; pero no para un tipo como Julio, a quien varios consideraban un científico loco. Aun así, todos lo siguieron hasta la colina en donde estaba la máquina. Allí Julio explicó entonces que pilotearía su invento hasta el límite de la atmósfera terrestre, en donde se quedaría estático para que fuera el planeta quien se moviera y no él. Dijo, además, que sólo llevaría el oxígeno necesario para el viaje porque estaba convencido de sus cálculos. Al llegar la hora acordada, el armatoste en el que se encontraba Julio despegó y se fijó en el cielo tal y como él había dicho —así lo cuentan quienes lo vieron a través del telescopio que el científico dejó dispuesto—. Sin embargo, con el pasó de las horas, la máquina comenzó a verse cada vez más distante. Fue ahí cuando comenzaron las especulaciones. Uno de los asistentes, que aseguraba ser profesor universitario, aseguró que ello se debía a que el Universo se encuentra en constante expansión desde que se produjo el Big Bang, por lo que fijarse en un punto determinado era alejarse de todo lo que estuviera alrededor. Otro, profesor de bachillerato, teorizó que a lo mejor Julio había olvidado los movimientos terrestres de precesión y de nutación, por lo que, si bien le daría la vuelta a la Tierra, terminaría en otras coordenadas distintas a las iniciales de su viaje. Uno más, profesor de primaria, aseguró que como el planeta estaba rotando, era normal que Julio se viera cada vez más lejos. Finalmente, un niño dijo que había aprendido en la escuela los movimientos del planeta y que le había gustado mucho el de traslación; que quizá Julio se había fijado en un punto del Sistema Solar al que la Tierra había dejado atrás mientras le daba la vuelta al Sol, por lo que Julio volvería al punto inicial luego de trescientos sesenta y cinco días. Después de terminarse las veinticuatro horas del viaje sin que Julio apareciera por ningún lado, y tras otras veinticuatro necesarias para darlo por perdido ante las autoridades; la gente se retiró de la colina sin muchas esperanzas.

Tras un año de espera, el niño volvió con un telescopio que había pedido en Navidad y se asomó por él. «¡Ahí estás!», gritó cuando vio cómo volvía la nave congelada de Julio.
                                
                                                                                           PIPER.

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