DESENCANTO
Habían
pasado más de 400 días de caminar junto a una mano que me tomaba
por la vida y me daba media vuelta de emoción y otra media de
alegría. Cerca a estar saciados, a creer que todo duraría para
siempre, apareció la sombra del instinto, ese que todos llevan
dentro, y arrasó con el camino de flores que una vez imaginé
inmortal. Yo estaba sentada en medio, jugando como siempre, a ser
inocente y no creer en las mentiras, pero eso no importó, me llevó
consigo el ventarrón de realidad. No me di cuenta en qué momento
pasó, pero para cuando ya me había puesto de pie, no quedaba rastro
de confianza ni gota de felicidad, todo lo bueno estaba ahora en mi
mente, en los recuerdos que he de guardar hasta que esta piel que
habito se deshaga. Seguía por ahí ese ser que un día había
iluminado mi vivir, pero yo ya no estaba, me había perdido por un
caminito de piedras grises que me tallaban los pies, me encontraba
totalmente desconcertada, los pasos eran cada vez más difíciles de
dar y no quería ni si quiera un helado de maní, solo esperaba
encontrar el final, donde hubiesen más pétalos y frescura.
Finalmente, al borde de rendirme los hallé, pero estaban disecados.
Resulta que desperté y de repente estaba viendo mi cuaderno de
apuntes, todo había sido una pesadilla, y esos pétalos muertos eran
reales, eran el fruto de aquello que nunca quise ver, pero solo en el
presente, esos pedazos de vida que de a poco se deshacían, eran lo
que quedaba para mí, el total desencanto y nada más.
Angela
LW
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen nuestra Biblioteca ¡Gracias por Visitarnos!