Tercer Concurso de Cuento Corto: Alfonsina Strada-Storni




Alfonsina Strada-Storni

Por Segundo María

Alfonsina cargaba tinta en las ruedas que le escribían el camino, llevaba tinta en sus senos y en sus manos, y un poco en sus rodillas. Tardó mucho en levantar la cabeza, no vio que la ruta no seguía; las orillas remataban en un puente partido en el abismo del día. En la caída las plumas quedaron desparramadas, los tinteros fueron las heridas. Los codos recordaron el límite. Sintió que sus manos se le iban entre las hojas inconclusas, entre los versos sin rima, en la meta que la esperaba. Las llantas sobre el asfalto dejaron una larga línea pintada al costado de los renglones de las agendas amarillas. Estuvo sentada por largos minutos, que en tiempos poéticos equivalen a días. Debió enfrentarse al blanco, a la prueba mayor de la vida. En sus manos estaba la dirección del puente para saltar al otro lado de los vacíos suspensivos, estaban los rayos de acero que frenarían el difícil color sin salida. Bastó un codo contra codo, un giro, escribir de un empujón la palabra que ritmaba con letras y distancias muertas. Ahora Alfonsina ritma contra el viento, con fuerza, ritma en un descenso a tumba abierta.

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