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Tercer Concurso de Cuento Corto: MI AMIGA





MI AMIGA

Ambos éramos muy unidos. Cuando amanecía, mi madre me daba el desayuno, me hacía bañar e ir al colegio; en las tardes, después de hacer tareas, por fin podía ir a su casa a jugar, ella me recibía sonriente, pese a que le faltaban tres dientes del frente; su gato Zaz tan apegado a ella como aquella libreta que siempre cargaba debajo su brazo —ella era un poco olvidadiza— me miraba con ojos de vigía cuando me acerba a ella en son de paz para darle su beso de saludo.

Tanto ella como yo amábamos los libros de investigación, jugábamos a que ella era Sherlock Holmes y yo el Doctor Watson, pero debido a la nefasta memoria de mi amiga, terminábamos buscando en vez del culpable del robo de las joyas, las pastas de mi amiga que se debía de haber tomado unas horas antes.

Mi amiga y yo no solo compartíamos gustos, sino también disgustos, ambos odiábamos los vegetales, la oscuridad, los remedios, de mismo modo odiábamos que fuéramos tan enfermos, yo tenia asma y mi amiga poseía un sistema inmunológico algo débil, es por lo que ella mantenía en casa.

Mi amiga dormía mucho, algunas veces cuando veíamos televisión, sus ojos se cerraban lentamente, mientras, yo con mucha delicadeza y agilidad intentaba quitarle el control de sus manos, de repente ella me asustaba y decía:

¡EY! Solo estaba descansado los ojos, no estaba dormida.

Yo como estaba acostumbrado a esa rutina, la segunda vez, simplemente me paraba a cambiarlo manualmente y esperaba a que ella se levantara, visto que la señora que cuidaba de ella me decía que no la despertase.

Ella, mi amiga, tenía muchas historias siempre que contar, en una decía que había sido cuidadora en un zoológico, que había tratado con muchos animales y que en esos estaba su esposo que había fallecido unos años atrás, yo nunca entendía sus historias, pensaba que eran parte de alguna película que se había visto sin mi y tal vez me la estaba contando con el fin de hacerme perder el tiempo, mi amiga era algo rara, pero era la mejor compañía que tenía, pues ella, mi amiga, me entendía.

Así pasaba el tiempo en aquellos días, aun los recuerdo a pesar de mi corta edad. Unos días después, antes de cumplir yo 9 años, mi madre me dio la noticia más dolorosa de mi vida, mi amiga, mi gran amiga había fallecido en el hospital mientras yo estaba en el colegio, yo no sabia que pensar, mi madre me llevo al entierro, lloré mucho esos días…

Ella era mi abuela, no dejo de pensar en todos esos buenos momentos que pase con ella, recuerdo su sonrisa, la bella sonrisa con la que me recibía aun sintiendo todos esos dolores, recuerdo su libreta, la libreta en la que apuntaba mi nombre para que el alzhéimer no lo borrara de su cabeza loca, recuerdo sus ronquidos, los ronquidos que hacía de ese sueño tan profundo en el que caía sin saber que algún día entre esos repentinos sueños habría uno en el que no iba a despertar mas.


Mortimer


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