Tercer Concurso de Cuento Corto: El Día de Dios



El Día de Dios

Dios creó el mundo en siete Días y los periodistas se inventaron que al séptimo terminó muy cansado, tan cansado que se tomó un tecito de pasiflora para descansar un rato. Pero en esa ocasión se le fue la mano con el té y terminó durmiendo todo el día, así que, para no quedar mal ante las creaciones, a punta de rayos sentenció “hoy no se trabaja, solo se descansa”.

Pasó el tiempo y de entre tantos que nacieron existió un tal Jesús Realpe, que junto a María tuvo tres hijas: Nubia, Mirella y Rocío. Seis, de los siete días a la semana, Jesús llegaba pasado de borrachera a su casa, maldiciendo a los santos y golpeando sin temor a María, estrellándole la cara contra el mesón, contra el lavadero, contra su vida. Nubia trataba de defenderla mientras sus hermanas lloraban, pero en muchas ocasiones solo se quedaba tratando.

Los domingos Jesús despertaba muy temprano y prepara el desayuno a su mujer y a sus hijas. Le daba los buenos días a cada una con un beso en la mejilla y luego, todos juntos, se dedicaban a ver televisión durante todo el día. Jesús decía que el domingo era de Dios y que había que respetarlo.


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