NOCHE
DE VIERNES
Para
Héctor, con treinta años y bastantes kilos de más, un viernes en
la noche significa recibir la cena a domicilio, ver la serie de turno
y observar la vida de otros en redes sociales. Por momentos se
concentra en el teléfono. Facebook le inyecta una dosis de nostalgia
recordándole una foto de hace cinco años con su parche: Natalia,
Jhon, Alba, Walter y él; contentos, disfrutando de una noche de
fiesta en el bar donde iban siempre. Héctor se traslada en el tiempo
al momento de la foto: «¿En qué andarán estos locos ahora?»,
comparte la imagen y los etiqueta a todos.
Sentado
en un andén a la orilla de la autopista, junto a su bicicleta
estropeada se encuentra Walter revisando los raspones de su brazo.
Minutos antes un inepto al volante lo arrolló, y se dió a la fuga.
Walter toma su celular para llamar un taxi y se encuentra con la
notificación del post de Héctor, like y comenta: Ufff
como viejita la foto nooo jajajjaja los buenos parches.
Jhon
paga a un joven para que toque algunas canciones mientras él y su
novia disfrutan del paisaje desde un mirador. Él está muy nervioso,
ha planeado proponerle matrimonio a Alejandra; la toma de la mano,
pide la canción favorita de ambos y se arrodilla en frente de ella.
Alejandra, observa a su novio mientras saca un pequeño estuche del
bolsillo y le pregunta:
—¿Te
quieres casar conmigo?
Jhon
espera y ella reacciona huyendo desesperada, llega a la vía y sube
al primer taxi que encuentra. Él, desconcertado, se sienta en aquel
mirador con una cerveza en la mano, intentando encontrar respuestas
en su cabeza. Cervezas más tarde, toma su celular, descubre la
notificación de Héctor y responde al comentario de Walter:
jaajjaja
si ree vieja. ¿Cuando
armamos
otra? ahorita si que la necesito.
En
la cocina de un restaurante, entre el vértigo del servicio, Alba
corre desesperada a sacar algo del horno. Su esfuerzo es en vano, se
quema extrayendo la bandeja, el pato está carbonizado. El humo y el
olor alerta al chef, iracundo se acerca a Alba gritando y tirando el
pato
al suelo. Ella con los ojos aguados intenta excusarse y reiniciar la
receta, pero su jefe la echa a gritos y estrujones de la cocina. Al
salir, llorando, Alba se sienta en el paradero del bus. Mientras se
tranquiliza, toma su celular, ve la fotografía de Héctor, los
comentarios de sus amigos y responde: Cuando
éramos jóvenes y bellos jajajaj y yo tambien la necesito con
urgencia.
En
su cama, vestida con un camisón y abrazada a un galón de helado,
Natalia ve una película. Las notificaciones de los mensajes de sus
amigos en Facebook la interrumpen. Observa la foto, sonríe y justo
cuando va a comentar escucha la voz de Sandra, su ex novia, quien
ebria grita a su ventana. Natalia deja su celular y se para frente a
la ventana, sin abrir las cortinas, oyendo los gritos de su ex, que
le pide otra oportunidad. Ella toma una bolsa negra, empaca las cosas
que aún tenía de Sandra y las lanza por la ventana gritando: —¡No
me jodas más y si no te largas llamo a la policía!
Vuelve
a su cama envuelta en lágrimas, toma el teléfono y responde a sus
amigos en la foto:
Urgencia
la mía, solo ustedes podrían alegrarme este despecho.
Después
de varios mensajes, Natalia no se anima a salir, pone mil excusas y
prefiere quedarse sola comiendo chucherías, viendo televisión y
llorando cada tanto. Walter, al llegar a casa se siente más golpeado
de lo que pensaba y sabiendo del gasto que tiene que hacer para
reparar su bicicleta, prefiere también quedarse en casa. Jhon
angustiado por el rechazo de su pareja prefiere ir a buscarla para
intentar saber qué pasó y recuperar su relación. Alba y Héctor
son los que más insisten para reunir el grupo. Pero al ver que la
mayoría renuncian al reencuentro Alba desiste y se queda oyendo
música. Sin más remedio, Hector pasa la noche viendo una serie más
en su lista y esperando la próxima oportunidad para compartir de
verdad con sus amigos.
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