Hasta hace unos 5 años atrás, mi
especie era ignorante de los misterios del universo. Cuando salí de la
universidad, por fin pude empezar a cumplir el sueño de descubrir una parte del
inmenso universo. Mi nombre es Calista, soy la científica más joven en
descubrir esas maravillas.
Durante esa búsqueda desesperada
por encontrar vida alienígena, aterrizamos en Kertui; un planeta aparentemente
careciente de cualquier tipo de vida existente en el universo, pero sin duda,
era un planeta dotado de más mujeres, las cuales tenían una belleza
extremadamente exótica. A pesar de haber pasado solo unos minutos u horas, me
sentí realmente libre, alegre y perteneciente de ahí(no quería que esto
acabará), de la nada me sentí totalmente confusa, ya que la legión que nos
escoltaba a nosotros como científicos durante estas investigaciones habían
caído en su yo sadista – codicioso, Se empezó a ver derramar sangre Kertuitiana
y de nosotros a todas las direcciones. Al correr para salvarme de esta
atrocidad me caí golpeándome la cabeza, pero al despertar pude ver cómo le
estallaba la cabeza a uno de la legión que estaba a punto de matarme; pocos
segundos después, inconscientemente hice una microexpresión facial seductora a
un Kertuitiano llamado Zyn, un ser con una belleza particular a mi parecer, con
piel anaranjada brillante, ojos iguales a los de un diamante. Además de sus
cualidades, también me encantó la nobleza y armonía que tenía cada Kertuitiano
desde que nacían.
No se si eran los disparos o Zyn
era el causante del aumento del latir de mi corazón, sin embargo; él y yo
hicimos un clic como Mavis y Jonathan en . Un película “Hotel Transylvania”. El
solo roce con sus manos me hacía erizar todo el cuerpo, momentos como ese te
hacen gritar ¡Me siento una persona viva!, ese solo amar a esa persona hace que
lo imposible sea posible...
Con el pasar del tiempo se
escuchaban menos ruidos de disparos en todas las direcciones, en estos momentos
se creía que la raza Kertuita estaba casi extinta. La legión llevó todos los
recursos valiosos a las naves para utilizarlos en una conquista planetaria
futura. Mientras tanto, ambos empezamos a sentir mariposas en nuestro estómago,
y honestamente no me siento apenada de decirlo, siendo dos mundos totalmente
diferentes, unidos por igual circunstancia y un beso de amor verdadero. Al día
siguiente, en un parpadeo fuimos rodeados por un grupo armado, muy diferente a
la legión que me acompañó hasta Kertui; éste venía a mi rescate, pero
lastimosamente le dispararon a Zyn por creerse que mi amado era el blanco...
Poco a poco fue muriendo. Durante el largo trayecto de ida fui obligada a decir
todo lo que sabía, y al llegar al planeta Tierra con dos sobrevivientes más,
fuimos investigados con muchas entidades gubernamentales, hasta que por fin me
dejaron en paz, pero dolía el simple hecho de recordar a Zyn.
Desde aquel momento, mi diario es
el único sabedor de esto, mis hijos gemelos con características mitad Kertui y
mitad hombre son el resultado de un increíble amorío de semanas o meses; lo
importante es que mis bebés están sanos y salvos de cualquier mal de la
humanidad, a salvo conmigo, ya que representan la unión de dos especies
totalmente diferentes, ellos dos son los últimos Kertuitianos en todo el
universo. Así que, por más que trate de olvidarlo, es mi primer amor verdadero,
ese amor que durará para siempre en algún lugar del gran universo, porque el
amor no es tiempo, el amor es infinito.
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