VII Concurso del cuento corto, VERDUGO

 


Hace mucho tiempo deseché la idea de poder enamorarme y tener al lado a una mujer para toda mi vida, pero he estado enamorado y es algo que te hace desear que eso sea posible. Ahora me encuentro en un motel con Luisa, veo cómo se masturba; es algo que le pedí que hiciera, a ver si se me paraba. No puedo dejar de ver sus labios como se mueven mientras toca su clítoris, es de verdad excitante. Ella termina y no puedo empalmarme, entonces nos vestimos y nos vamos. No entiendo por qué no estoy enamorado de Luisa, es perfecta para mí,  ́pero quizá sí sé el porqué, soy caprichoso y cobarde.

 

De verdad estoy enamorado de Angelica, una chicha de clase alta, con ademanes de princesa y quizá más caprichosa que yo, de solo pensar en ella mi pene obtiene una gran erección. El problema que mas me acucia cuando empiezo a soñar con ella son sus expectativas. No es que ella no haya demostrado algún interés en mí, es que yo sé que lo hace engañándose. Ella cree que me quiere, pero eso no es cierto, solo quiere la idea de lo que puede hacer de mí y de verdad no estoy dispuesto a arriesgarme. Yo sé que soy un tipo inteligente capaz de muchas cosas, pero eso no me deslumbra, nada como tener una vida sin la agitación de vivir según las expectativas de una mujer. Me he planteado en varias ocasiones sí existe una relación que no termine estropeada, pero no me gusta amargarme con esta idea, porque me hace pensar en Angelica y la posibilidad de no volverla a ver.

 

¿Qué debería hacer? ¿Esperar a que llegué otra mujer que no espere tanto de mí, que acepte mi mediocridad por compañía?, esto también lo he meditado mucho y eso no me convence, solo quedaría resentimiento; así como el sujeto en la película de “American Beauty”. Solo me quedaba esperar a que pasara algo asombroso y pudiera tener dinero suficiente para acostarme con muchas mujeres, pero el tiempo trascurrió tan lento que un día decidí acelerar las cosas y fui a visitar a don Roca, él manejaba el negocio de las drogas en el pueblo, además había puesto concejales y su hija prontamente seria elegida alcaldesa.

 

Así que empecé en negocios pequeños, ayudando a crear sociedades que luego eran elegidas para contratar con el Estado, luego me pusieron coordinar equipos que creaban contratistas ficticios con los que empezamos a cobrar por actividades que nunca se hacían, todo esto obviamente bajo las ordenes de don Roca. Nunca he sido su favorito, solo he sido bueno para hacer ciertas prácticas, pero no para adularlo, ni ser tan cínico de pensar que eso está bien; solo necesito dinero, y entre más tenga podré vivir tranquilo sin esforzarme mucho. Aunque a veces surgen problemas, hay personas que vienen y ponen la queja de todo lo que hacemos, a esos hay que quebrarlos; yo ya he mandado a pelar 4, después del segundo ya aprendí a controlar mis nervios. Cuando salgo del motel me llama Ramiro para avisarme que ya habían asesinado al Juez. Respiro un poco y le agradezco, siento alivio de haber terminado ese asunto, el triplehp ya me iba a condenar.


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