VII Concurso del cuento corto, EL JUEGO

 


Eran las tres de la madrugada cuando Emma despertó a su hermano.

 

-        ¡Mira las luces, Will! -le dijo-. ¡Tenemos que continuar jugando!

 

El niño se incorporó de un salto y se dirigió a la ventana, desde donde pudo apreciar unas luces extrañas que flotaban sobre la ciudad.

 

-        Entonces... ¿es cierto?

-        Así es.

-        ¿Cuánto debo sacar?

-        Seis.

 

Will tomó los dados, pero no se atrevió a tirarlos. Se estremeció al pensar que el destino del mundo estaba entre sus manos.

 

-        ¿Podemos detenerlo? -preguntó, temiendo lo peor.

-        ¡Por supuesto! -Respondió Emma, sonriendo-. ¿Qué podría pasar en una noche tan fresca y agradable como esta?

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