Vengo del futuro para decirte que
estamos juntos, porque lo que se une en la Tierra permanece en lo eterno. Mi
padre se opuso rotundamente a nuestra relación. Nos veíamos en secreto diciendo
que íbamos para otra parte, hasta que nos convertimos en la medicina y el
sustento sagrado del otro. Abrimos los brazos para que el otro pudiera ser lo
que es. Nuestra unión hizo que cada uno acepte su lado oscuro y que lo
enfrente. Tú me volviste segura y yo logré que volvieras a confiar en los
demás.
Vimos nuestras similitudes en
cada diferencia. Nos subimos la temperatura con nuestra simple presencia.
Unimos nuestras dudas para crear nuevas certezas. Cicatrizamos las heridas del
otro con dulzura, y se volvieron nuestro símbolo y recordatorio de las batallas
de la vida y de cómo el amor las cura.
Nuestro camino estará lleno de
desiertos, tempestades, calmas y aventuras de todo tipo, pero todo nos servirá
para crecer. En el otro siempre encontraremos calidez. Tendremos días
tormentosos donde no nos querremos ver y otros donde estaremos encandilados y
ardiendo con el fuego del amor. Tu felicidad será la mía y la mía la tuya.
Vernos será siempre motivo para que se nos dibuje una sonrisa en el rostro.
Habrá épocas donde uno brille más
que el otro. Habrá uno que ame más que el otro y otro que ame mejor. Tú serás
oscuridad y yo seré luz. Tú serás tormenta y yo seré calma. Siempre nos
complementaremos, aunque habrá días en que ambos seremos destrucción. Pasarán
los años. Yo adquiriré fortaleza y tú adquirirás paz. Todo lo asumiremos como
un aprendizaje y nos tendremos el uno al otro para soportar dignamente la
batalla de la vida. En nuestros corazones nos guardaremos, y de esta forma, la
fuerza del amor siempre nos mantendrá unidos. Juntos siempre ganaremos. Fuertes
lluvias siempre habrá en la ausencia del otro. Aun así, tu futuro soy yo y mi
futuro eres tú.
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen nuestra Biblioteca ¡Gracias por Visitarnos!