VII Concurso del cuento corto, METEMPSICOSIS

 


En un universo paralelo existió un ser llamado Solarians, siempre se preguntaba que había de especial en su vida, de algún modo hallaba sentido en su convicción. Creció en Skeptesthai un planeta con cuatro soles, este lugar estaba hecho de una variedad de metales preciosos, creando un resplandor dorado perpetuo.

 

Solarians pasaba horas aprendiendo la cuántica de su mundo y conectándose con seres a través de la meditación y contemplación, buscando respuestas a sus preguntas.

 

Un día, buscando estas respuestas, se adentró en un bosque mágico; el “Bosque de los Murmullos” un lugar donde todo se transmite a través de la mente, como un pensamiento singular, este bosque estaba repleto de árboles con hojas de esmeraldas y troncos de oro puro; era hogar de criaturas luminiscentes, seres mágicos que brillan con una luz sublime. Allí encontró a un viejo místico y sabio llamado "Androglax", que tenía la capacidad de percibir el flujo de energía cósmica; su sabiduría estaba basada en su conocimiento de los ciclos universales. Este anciano al verlo no espero más para decirle: “Sé lo que buscas y se dónde lo puedes hallar”; la esencia de tu ser se encuentra en el corazón del universo. Deberás adentrarte en tus pensamientos.

 

Solarians llegó a un lugar llamado Pluviens; este estaba lleno de agujeros que atrapaban la luz, se encontró con un ser que lo reflejaba, se podría decir que era su sombra. La sombra le preguntó: "¿Qué es lo que te define?, ¿Tu cuerpo o tu mente?". Solarians respondió: "podría decir que es mi pensamiento quien da forma a mi realidad, aunque ambos me definen. Mi mente es responsable de mis pensamientos, emociones y decisiones; es donde residen mis conocimientos, mis creencias y mis experiencias. Por otro lado, mi cuerpo es la manifestación física de mi existencia. Basto solo un momento para desparecer y encontrarse con un lugar árido y desolado, donde los paisajes se veían estériles, donde no había ríos, océanos, ni vegetación, un lugar desprovisto de vida; pero donde se encontró con el ego quien sin mediar palabras le preguntó: "¿Qué te hace sentir superior?". Solarians respondió: "Nada me hace sentir superior, no puedo limitar mi crecimiento ancestral y personal”. Cada respuesta lo hacía avanzar a su destino.

 

Llegó a un lugar de extremos, con paisajes intensos y vibrantes. Aquí se encontró con la pasión, que le preguntó: "¿Qué es lo que te mueve en la vida?". El respondió: "Me mueve la curiosidad, el deseo de aprender, crecer y entender mejor el mundo que me rodea.

 

Una oscuridad lo invadió cuando entro al siguiente mundo, un lugar peligroso y volátil. Pasado un momento se encontró al miedo el cual le preguntó: "¿Qué es lo que te impide avanzar en tu camino?". Solarians respondió: "El temor a no encontrar la respuesta que busco, estoy agotado, he conocido el dolor, pero debo seguir adelante".

 

En el siguiente mundo, se encontró con un lugar caliente donde había olor putrefacto; allí Solarians se halló con la muerte quien le pregunta: "¿Porque has venido, no temes a que acabe con tu existencia?".

 

Solarians respondió: "No temo, ya que sé que solo es una transición a otra forma de este vasto universo”.

 

Aquí solo se escuchaban gritos de lamento hasta que apareció el siguiente mundo a través de una luz incandescente, un lugar lleno de biodiversidad y riqueza natural; donde cada rincón estaba lleno de vida, desde las profundidades del océano hasta las cumbres más altas, donde había abundancia de plantas, animales, el aire estaría lleno de sonidos y olores; era algo realmente maravilloso, algo que él jamás había experimentado; aquí nadie llego hacerle preguntas. Su mente de un momento a otro se puso completamente en blanco no podía sentir ni percibir nada. Pero en breve empezaron a surgir millones de imágenes en su mente; empezó a escuchar sonidos raros, algo que parecía insoportable, hasta que todo se fue poniendo en equilibrio. Una gran conexión se apoderaba de él; después de unos segundos pudo escuchar muchas voces, pero no podía evitar llorar, sentía mucho frío hasta que pudo escuchar con claridad la más dulce y majestuosa voz de una mujer diciendo: “Sulien doctor, mi hijo se llamara Sulien”.

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