JOHN
WILSON
En
la
calurosa
tarde
del
25
de abril
de 1948,
John
Wilson,
un
hombre alto,
de tez
morena,
con
treinta
y cinco
años
de
edad,
que
vive
con
su
esposa
en
París,
descubre
una
verdad
aterradora,
mortal
para
cualquier
sentimental
que
sea
capaz
de
ahogar
su
corazón
y su
alma
en
el
rio
de
la
ira
y
la
agonía.
Esta
es
una
verdad
en
donde
su
amada,
su
musa,
su
amor,
lo ha
traicionado.
John
Wilson
ha
venido
percibiendo
un
posible
desengaño
amoroso
por
parte
de
su
esposa
Beatriz,
pues
ella siempre
salía
de
casa
en
las
tardes,
con la
excusa
de
verse
con
sus amigas,
y llegaba
siempre
distante
y
sin
decir
una
palabra
se
acostaba
a
dormir,
ignorándolo
a
él
por completo.
Pero
ese
25
de
abril,
John
Wilson
no aguanto
su
desesperación
por
descubrir
la verdad,
entonces
se
decidió
ha
seguirla.
Como
de
costumbre
Beatriz
le
dice
a
John Wilson
que saldrá
ha pasear
con
sus
amigas,
pero
ella
no sospechaba
que su esposo
intuía
acerca
de su posible
traición,
por eso
se encontraba
tranquila
y
descuidada.
Minutos
después
de
que
Beatriz
saliera
de
casa,
John
Wilson
se encamino
a seguirla
por
las estrechas
calles
de
la
ciudad
de
París.
Él
la
seguía
intranquilo
por
no
saber
como
concluiría
todo, pero
después
de
unos
insoportables
momentos
de
angustia,
la
espera
de
John
Wilson
había
terminado,
y ahora
la
verdad
se
veía
reflejaba
en
sus
ojos,
esos
ojos tan
claros,
como
aquel
cielo
azul
despejado
por
los
brillantes
rayos
del
sol
que
atravesaban
la
ciudad.
Beatriz
se
había
encontrado
en
un
cabaret
con
un
joven
buen-mozo,
y al
verlo,
ella
se abalanzo
a sus
brazos,
y
con
una pasión
eufórica
lo
beso
en los
labios.
— ¿Que es lo que ocurría en la mente de John Wilson después de ver aquella traición? —
Curiosamente
no
había
nada,
su
expresión
no
era de
enojo
ni
de tristeza,
su
cara
estaba
completamente
vacía,
no
había
rastro
de
sensación
alguna,
era
como
si
todo
pensamiento
que pudo
haber
tenido
acerca
de
la
situación,
hubiera
sido devorado
por
la
oscura
y
misteriosa
fuerza
de
un
agujero
negro.
Repentinamente Beatriz sintió una extraña sensación, y se dio vuelta al lugar en donde se encontraba John Wilson. Pero para cuando se dio la vuelta, ya no había nadie, John Wilson había desaparecido en un ínfimo de segundo, era como si la vida hubiera borrado toda existencia de él en ese momento y lugar.
Tal
vez
ese
era
el
regalo
que
la
vida
le
dio
a John
Wilson,
porque
a
veces,
desaparecer
es
la mejor
forma
de borrar
el
dolor que
causa
el pecado.
***
Algo
que
las
personas
no
saben,
es
que
París
no
solo
es
un
lugar
en
donde el
amor
florece,
también es
donde
la pasión
y la
lujuria,
despiertan
para arrancarle el
corazón
a la persona
mas noble que
encuentren.
BLOOD OF JOKER
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