Mártir de sus ideas
Habían dos clases
de días, brillantes u opacos. Inhaló profundamente interiorizando
que era uno opaco, tendencia a tormentoso. Su esposa Henriette
advirtió su pesadumbre. Para darle espacio, había salido a la playa
con la hija.
Tal
vez daría un paseo, pues temió una aparición de la sombra. Muchos
sabían de sus repentinas depresiones, solo Henriette sobre el
susurrante espectro.
Saliendo
por el portón, deslumbró sobre la mesa, su portafolios abierto.
Sucumbió a la tentación de revisar un articulo sobre movimiento
Browniano. Autoría de una estrella emergente en ciencia. Se confortó
en el sillón frente al ventanal y revolvió los papeles. Encontró
un paquete del que no recordó procedencia.
La
cubierta tenía inscrita la leyenda, “Thot
Bibliothek”.
Era un texto en ingles, hojas amarillentas y desgastadas, el
material no era papel común, pergamino o papiro, las letras,
semejantes a la imprenta, pero más impecables. No apreció nunca
artesanía igual.
Interpretó
el texto, como apuntes de dos desconocidos filósofos de la ciencia
que firmaban, Tubilok
y
Tarimán.
Él
lenguaje
ostentado
era
atípico.
Se
resaltaba
que
se
habían
inspirado
en notas de un antiguo científico. Le extasió, todo acaecía a su
mismo campo de acción: mecánica estadística.
Proponían
una conclusión, que él ya había derivado de la mecánica
estadística (pero que le era inverosímil). Contradiciendo la noción
aceptada, conforme la segunda termoley: “la dirección
del
tiempo
es
objetiva,
avanza
siempre
al
incremento
entrópico
(cantidad
de
desorden)”, postulaban en contraposición, el espacio-tiempo
incluyendo simetría en el tiempo,
tornando
futuro
y
pasado
atemporales,
cada
instante
configurado
y
yuxtapuesto
visto desde una quinta dimensión.
Tras
terminar de leer, anotó sintetizando: “los seres vivos solo pueden
funcionar en el sentido que aumenta la entropía: en esa dirección
se realiza todo proceso biológico. Lo que llevo a cuestionar, que el
tiempo podría retroceder incontables veces y ninguna conciencia
percibirlo. A menos que, fuera concebida para funcionar en sentido
contrario al de la entropía, sentido contraentrópico.
Análogo a un reloj confeccionado para funcionar en sentido
antihorario.
Se
sugería
una
máquina
imaginativa,
programable:
computador
cuántico,
capaz
de
simular
la
conciencia
descrita.
El
proceso
mental
emulado,
comenzaría
en
su
final
y
terminaría
en su
principio. Reduciendo la dirección del tiempo a una percepción
psicológica, mera
noción
subjetiva.
Se
especuló
sobre
estos
entes,
dispuestos
en
el
futuro,
avanzando
al
presente
¿Tal
vez
esos
seres y nosotros, podríamos sobrevivir al presente, pasando al
pasado de los otros y alterar mutuamente la historia?
Desarrollaron
un audaz absurdo, postulado por un R.Feynman <<otro
desconocido>> afirmando
que
partículas
viajaban
en
el
tiempo
causando
fluctuaciones.
El
futuro
y
el
pasado se interfieren entre sí. La sucesión de hechos y el universo
era un solo cuerpo que evolucionaba”. Solucionando un problema de
contradicción, de retrocasualidad
de
un tal K.Gödel…”
<<Vuelve
la máxima Heráclitea>> pensó <<“No hay cosas, solo
procesos. El cosmos es un único fuego, que arde a diferentes
medidas”.
La
sección final especulaba sobre un ánima: Astra. De naturaleza tal
que funcionara dualmente,
entrópica
y
contraentrópicamente.
El
hipotético
ser,
sería
coprecente:
conocería
el desarrollo de su existencia completa.
La
habitación se oscurece, el aire se espesa. La sombra regresa para
perturbar la cordura. Se materializa en medió del salón. Adopta
geometrías imposibles, planas, espesores puntuales. colapsa, se
dobla y superpone. Mirarle es observar una informe apertura
a noches estrelladas. Por primera vez habla y no susurra. Siente sus
carnes sublimarse, viaja atravesándolo
todo,
en
todos
los
momentos
simultáneamente.
Ve
sin
ojos
visiones
del
futuro, el pasado, ¡No! No hay futuro o pasado, todo conforma un
solo cuerpo, cronología y espacio,
transmutan
en
conjunción.
Ve
más
allá
del
primum
movens,
y
la
muerte
térmica.
La teofanía del origen y aniquilación del tiempo destruye la mente
de otro hombre.
Al
entrar
en
el
salón,
su
hija
lo
vio,
colgando
del
marco
del
ventanal,
ahorcado
de
su
camisa.
Días
después, llegó la noticia a Albert Einstein.
-¿Boltzmann
muerto? Un mártir de sus ideas- lamentó.
¿Quién
puso
la
historia
en
esa estantería?
¿Quién
la
escribió?
Fascina
pensar...
ha
sido
dispuesta
para
inspirar
a…
¿Científicos?
¿Tubilok
y
Tariman?
O
¿La
inspiración
será
la
síntesis
concebido
antes
del
suicidio?
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