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Tercer Concurso de Cuento Corto: A TERESA NO SE LE PASÓ POR LA CABEZA




A TERESA NO SE LE PASÓ POR LA CABEZA

Teresa venía de comprar unos huevos y arroz, traía puesta una camiseta azul que le quedaba bastante ancha y una falda negra que le llegaba hasta las rodillas, su cabello estaba recogido en un gran moño y no se lo había lavado desde hacía tres días. Teresa tenía quince años y eran más o menos las ocho de la noche de un viernes alegre; los niños jugaban, gritaban y corrían. Teresa se disponía a abrir la reja para entrar a su casa y mientras hacía esto observó en la ventana de la casa de enfrente a la cabeza de su vecina llamada Paula. Paula debía tener treinta y ocho años, estaba asomada porque tal era su costumbre de vigilar a su hijo cuando salía a jugar a la calle. Cuando se miraron, Teresa advirtió en Paula una expresión facial un tanto extraña, como perdida, sus ojos miraban a Teresa pero al tiempo era como si no la reconociera, su boca entreabierta denotaba un sentimiento de angustia, ¿su cara reflejaba preocupación? O por lo menos eso pensó Teresa. Exactamente a los cuatro segundos, Paula sonrió sin ganas y con las cejas alzadas saludó a Teresa, esta le devolvió el saludo con la mano y una sonrisa sincera. Teresa se dispuso a entrar a su casa. A Teresa no se le pasó por la cabeza imaginarse que justo en ese preciso momento, Paula con sus piernas abiertas, disfrutaba del delicioso placer de tener a su marido arrodillado, divirtiéndose entre ellas.

JEAR.


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