“AMNESIA”
Se dice que era una
persona normal, con los problemas cotidianos de un chico de veinte
años. Estudiaba medicina y los fines de semana, salía con mis
amigos a beber, ya era algo de rutina ir de fiesta y al otro día
irnos de pesca.
La noche anterior de
aquel fatal día, bebí un poco más que de costumbre, me sentía muy
cansado pero aun así seguí con mi rutina. Tome mi caña de pescar y
me fui al lago con mis amigos, había sido una mañana bastante
productiva, más que las veces pasada. Dicen que me sentía
afortunado que en poco tiempo ya llevaba cuatro buenos ejemplares,
pero al tratar de sacar el quinto, el cual era más grande que los
anteriores, perdí el control de la caña y de mi cuerpo.
Caí al lago
golpeando mi cabeza contra una piedra lo que me dejó inmóvil,
mientras el agua llenaba mis pulmones.
A la semana desperté
en la sala de un hospital. No recordaba bien que había sucedido.
Solo pasaban imagines borrosas de una sombra que trataba de tocarme.
Al llegar el doctor,
quien había sido uno de mis profesores en la carrera, le pregunté
acerca de mi condición, y este me dijo.
— Aníbal,
estuviste muerto durante unos minutos, te revivimos y te inducimos al
coma, para que no quedarás con secuelas de un daño cerebral.
Unos minutos
muertos, eso es mucho, tenía la sensación de que no era igual a
quien era antes de aquel accidente. Se fue el doctor y me quede
reflexionando sobre el tema.
Llego gente a
visitarme pero no recuerdo a ninguno de ellos, dicen que tengo
amnesia pero no estoy seguro que sea eso.
La señora que dice
ser mi madre, parece ser una buena persona, me gustaría decirle que
la reconozco para no ver sus ojos tan tristes, pero tampoco sería
justo engañarla.
Esto ya es
desesperante, no recuerdo a nadie y ya no quiero estar en este
hospital.
— Estas de alta. —
Dijo el médico, esas palabras me dieron alivio, llegando a casa tal
vez recuerde quien soy pensaba.
Llegue a mi
departamento, pero nada era familiar, mi supuesto gato me miraba con
desconfianza.
Así pase varias
semanas caminando por las calles, visitando lugares que supuestamente
eran parte de mi rutina diaria. Ni siquiera yo me reconocía al
mirarme al espejo. ¿Era posible que la amnesia me provocara
desconocerme a mí mismo?
La situación cada
vez me angustiaba más, el médico me decía que no debía
preocuparme que si me calmaba podría recuperar mi memoria, que no me
presionara.
Pero me era
imposible no hacerlo, más aún con esa presencia que me acosa en
todo lugar.
Esa sombra que me
despierta en las noches tratando de entrar en mi cuerpo.
Hoy mis amigos
decidieron llevarme al lago en el cual tuve el accidente, dicen que
tal vez enfrentando mi trauma pueda superarlo.
Espero que así sea…
— Creo que
recuerdo algo...
— Si si ¡recuerdo
todo!
Yo estaba con mis
hermanos jugando en el lago, me aleje de ellos un momento siguiendo
una ardilla y me encontré con aquel hombre maldito que acabó con mi
vida.
Me sorprendió por
la espalda y me tomó a la fuerza trato de abusar de mí, pero no se
lo permití.
Luche con todas mis
fuerzas, el muy enojado por no lograr su cometido, me arrojó al lago
junto con él y me hundió la cabeza hasta que perdí el conocimiento
y morí.
Ahora ya lo sé
todo; no soy Aníbal soy un niño de diez años asesinado.
Mi espíritu quedó
en el lago hasta el momento en que Aníbal murió y tomé su cuerpo.
La sombra que me acosa es Aníbal que quiere recuperarlo, pero no se
lo permitiré, ahora su vida es mía y nadie sabrá nunca quien soy
yo realmente, ha llegado el momento de vivir la vida que se me
arrebató y de cobrar venganza contra quien causó mi muerte.
Nunca es tarde para
hacerle pagar a quien te hizo daño, ni la muerte libera a los
malvados de pagar por sus crímenes.
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