Tercer Concurso de Cuento Corto: “AMNESIA”



 AMNESIA”

Se dice que era una persona normal, con los problemas cotidianos de un chico de veinte años. Estudiaba medicina y los fines de semana, salía con mis amigos a beber, ya era algo de rutina ir de fiesta y al otro día irnos de pesca.

La noche anterior de aquel fatal día, bebí un poco más que de costumbre, me sentía muy cansado pero aun así seguí con mi rutina. Tome mi caña de pescar y me fui al lago con mis amigos, había sido una mañana bastante productiva, más que las veces pasada. Dicen que me sentía afortunado que en poco tiempo ya llevaba cuatro buenos ejemplares, pero al tratar de sacar el quinto, el cual era más grande que los anteriores, perdí el control de la caña y de mi cuerpo.

Caí al lago golpeando mi cabeza contra una piedra lo que me dejó inmóvil, mientras el agua llenaba mis pulmones.

A la semana desperté en la sala de un hospital. No recordaba bien que había sucedido. Solo pasaban imagines borrosas de una sombra que trataba de tocarme.

Al llegar el doctor, quien había sido uno de mis profesores en la carrera, le pregunté acerca de mi condición, y este me dijo.

Aníbal, estuviste muerto durante unos minutos, te revivimos y te inducimos al coma, para que no quedarás con secuelas de un daño cerebral.

Unos minutos muertos, eso es mucho, tenía la sensación de que no era igual a quien era antes de aquel accidente. Se fue el doctor y me quede reflexionando sobre el tema.

Llego gente a visitarme pero no recuerdo a ninguno de ellos, dicen que tengo amnesia pero no estoy seguro que sea eso.

La señora que dice ser mi madre, parece ser una buena persona, me gustaría decirle que la reconozco para no ver sus ojos tan tristes, pero tampoco sería justo engañarla.

Esto ya es desesperante, no recuerdo a nadie y ya no quiero estar en este hospital.

Estas de alta. — Dijo el médico, esas palabras me dieron alivio, llegando a casa tal vez recuerde quien soy pensaba.

Llegue a mi departamento, pero nada era familiar, mi supuesto gato me miraba con desconfianza.

Así pase varias semanas caminando por las calles, visitando lugares que supuestamente eran parte de mi rutina diaria. Ni siquiera yo me reconocía al mirarme al espejo. ¿Era posible que la amnesia me provocara desconocerme a mí mismo?

La situación cada vez me angustiaba más, el médico me decía que no debía preocuparme que si me calmaba podría recuperar mi memoria, que no me presionara.

Pero me era imposible no hacerlo, más aún con esa presencia que me acosa en todo lugar.
Esa sombra que me despierta en las noches tratando de entrar en mi cuerpo.

Hoy mis amigos decidieron llevarme al lago en el cual tuve el accidente, dicen que tal vez enfrentando mi trauma pueda superarlo.

Espero que así sea…
Ya vamos llegando al lago, si se me hace familiar.

Creo que recuerdo algo...

Si si ¡recuerdo todo!

Yo estaba con mis hermanos jugando en el lago, me aleje de ellos un momento siguiendo una ardilla y me encontré con aquel hombre maldito que acabó con mi vida.

Me sorprendió por la espalda y me tomó a la fuerza trato de abusar de mí, pero no se lo permití.

Luche con todas mis fuerzas, el muy enojado por no lograr su cometido, me arrojó al lago junto con él y me hundió la cabeza hasta que perdí el conocimiento y morí.

Ahora ya lo sé todo; no soy Aníbal soy un niño de diez años asesinado.

Mi espíritu quedó en el lago hasta el momento en que Aníbal murió y tomé su cuerpo. La sombra que me acosa es Aníbal que quiere recuperarlo, pero no se lo permitiré, ahora su vida es mía y nadie sabrá nunca quien soy yo realmente, ha llegado el momento de vivir la vida que se me arrebató y de cobrar venganza contra quien causó mi muerte.


Nunca es tarde para hacerle pagar a quien te hizo daño, ni la muerte libera a los malvados de pagar por sus crímenes.


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