La pequeña tarde
de un gato
3:17
Mi nombre es Café,
si, Café… no tengo la menor idea de porque me han llamado así,
mis amigos tienen nombres de verdad, como Bigotes, Pelusa, Silvestre
y Katy. En definitiva, tengo dueños con problemas mentales. Yo me
pregunto, si soy un gato ¿por qué no tengo nombre de gato?, pues
hasta donde sé, Café no es nombre de gato, es nombre de semilla y
yo no me veo como una semilla. Esto lo sé porque mis dueños, Lisa y
Tomás, me han enseñado que es un espejo. Los espejos al principio
me daban mucho miedo, pero me tranquilizaron diciéndome que un
espejo es donde se ve así mismo, dijeron algo así como “reflejo”,
es decir que lo que yo veo es mi yo pero en reflejo, no entendí muy
bien pero tuve que conformarme.
Un poco más tarde,
se me cruzó una duda por mi cabeza, ¿cómo pueden existir dos
yo?... aunque tengo mucho sueño, iré a tomar mi siesta y mejor que
resuelvan este acertijo los humanos, dicen ser más inteligentes que
los gatos y aunque yo no les crea, les daré la oportunidad de
resolver mi duda.
4:32
Después de una
deliciosa siesta en mi sillón favorito, me he puesto a pensar en que
si pueden haber dos yo, pueden haber dos cosas de cada cosa, así que
he puesto frente al espejo a reflejar mi cepillo de peinar, las gafas
de mi dueña, los zapatos de mi dueño y así después de tanto
reflejar, ¡se me ha venido una gran idea!, ¡qué no sé cómo no se
me ha ocurrido antes! Caminé por el pasillo donde se encuentra mi
comida y la he llevado hasta el espejo, es obvio ¿no?, si puede
haber dos de cada cosa, puede haber dos platos de mi comida y, ¡así
podré comer mucho más! Pero cuando fui a comerme el reflejo de mi
comida, mi cabeza chocó contra la cabeza de mi reflejo y no pude
comer más. Lo más seguro es que mi reflejo también tenía hambre.
5:47
Ser gato no es
fácil, últimamente vienen muchos humanos a mi territorio, quieren
abrazarme hasta al punto de sentirme asfixiado, por ello, tengo que
sacar mis garras para espantarlos a todos y demostrarles que no soy
un gato adorable, como los escucho decir con sus vocecitas chillonas.
¿Por qué no se aplastan entre ellos mejor?
7:01
Estoy jugando con mi
pelota de lana, veo a Lisa hablar con un extraño en la puerta hacia
la calle. No le doy importancia a lo que hace, pues mi pelota se ve
grandiosa rodando y rodando, se mueve cada vez que la toco. Es
bastante extraño, parece que me tuviera miedo y quisiera alejarse de
mí, pero allá ella, a mí me parece muy divertido. Sigo a mi pelota
que ha salido a mucha velocidad y cruza la puerta en donde está mi
dueña con un humano extraño, al parecer se ríen de algo, pero no
me interesa saber la razón, mi pelota es más importante, así que
corro hacia ella, está en la carretera, cuando estoy a punto de
llegar a mi pelotita de lana, escucho un sonido muy fuerte y veo una
máquina a toda velocidad dirigiéndose a mí, me quedo como una
estatua asustado y lo último que escucho es a Lisa gritar
desesperada: “¡¡¡Cafééééé!!!”.
-
Ateiluna
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen nuestra Biblioteca ¡Gracias por Visitarnos!