Pasé la mañana completa en casa,
sentada en mi escritorio, anotando un par de ideas en el cuaderno. Cuando el
reloj marcó el medio día me levanté de la silla; solté mi cabello esponjado por
la humedad en el ambiente y empecé a peinarme con calma, mientras me daba
tiempo de observar mi cara en el espejo. Me acerqué a este para mirar más a
detalle el centro de mi cara, y noté alrededor de mis mejillas unas pequeñas
manchas del verdor de un arbusto en primavera. Instintivamente froté mis manos
sobre ellas con la clara intención de quitar lo que podría ser tinta, pero no
ocurrió.
De momento decidí ignorar el suceso,
intentando desarrollar sin éxito, las ideas que daban vueltas en mi mente un
poco confundida por mi emocionalidad excesiva. Y estuve en ello hasta el ocaso,
pues sentí comezón por toda mi cara y un ardor ligero. así que me preocupé,
¿tenía acaso alguna reacción alérgica? Como única solución encontré lavarla de
una manera casi violenta, tallando mi piel.
Más tarde, frustrada por la
incapacidad de escribir algo coherente que saliera de mi alma, y esta patología
que de repente me aquejaba, salí a correr entregándome a las calles oscurecidas
por la noche. Había recorrido un par de manzanas cuando empezó a llover
bastante fuerte; entonces permanecí unos minutos inmóvil disfrutando de la
lluvia; luego me dispuse a ir a casa prescindiendo de un paraguas. Ya estando
dentro de mi refugio me percaté que la incomodidad había desaparecido, y
nuevamente viendo mi reflejo, me di cuenta que brotaban unas pequeñas hojas de
mi rostro.
A la mañana siguiente, aún asombrada
por el florecimiento de esta planta en mi piel; me levanté de la cama, y sin
siquiera tener tiempo para algo más, tomé lápiz y papel. Pues me había surgido
la idea de escribir dicho acontecimiento sobrenatural sucedido hace tan solo
unas horas. Aun con pequeñas hojas en mi rostro, me dispuse a redactar
frenéticamente. Cuando acabé mi relato me puse en pie para empezar el día con
normalidad, en ese momento me enteré que toda la flora en mí había desaparecido
de manera instantánea, cuando mi relato se encontró finalizado.
V. Abismo
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen nuestra Biblioteca ¡Gracias por Visitarnos!