Quinto Concurso de Cuento Corto: EN PROBLEMAS

 

JEAR

Habían pasado muchos días en los cuales el oso hormiguero no había logrado encontrar colonias de hormigas, provocándole un preocupante y temprano estado de desnutrición. Su extrema hambre, de hecho, lo hizo alucinar extrañezas y por ratos caía inconsciente hasta que volvía a entrar en sí para seguir buscando su alimento. Tras su primer desmayo, notó que el bosque en el cual se había adentrado era cada vez más grande y denso, por lo que temía no tener energías suficientes para huir de un depredador como el feroz jaguar. Su caminata siguió con más sigilo y por momentos se sentía más liviano que de costumbre, es más, vio sus patas muy delgadas y horrorizado notó que le habían crecido dos más, aunque después de varios parpadeos supo que su cuerpo estaba bien y normal. Después del segundo desmayo se asustó al no verse su trompa, en cambio notó un par de antenas rojas y delgadas, así como unas pequeñas mandíbulas en su boca que sobresalían ansiosas tratando de coger unas preciosas hojas que, de un momento para otro, se le antojaron. Consciente de que algo raro estaba sucediendo volvió a parpadear varias veces hasta que su cuerpo regresó a la normalidad. Aún seguía muy débil y nada que encontraba hormigas, ocasionándole una desesperación tan crónica que lo condujo a un tercer desmayo.

 

Unos repentinos temblores de tierra, acompañados por sonidos de fuertes pisadas, lo despertaron muy asustado y ahora sí, de verdad, se espantó al encontrarse recostado en una hoja grandísima y cuando apreció los árboles el quíntuple de gigantes. Volvió a sentirse ligero, a verse las antenas, las mandíbulas, las seis patas delgadas y, ¡oh, sorpresa!, su cola peluda había desaparecido y tenía un trasero enorme que le pesaba. El susto desapareció al notar que a su lado estaban muchas hormigas, de su mismo tamaño, huyendo rápidamente desesperadas hacia un cúmulo de tierra que se veía enfrente. Feliz por haber encontrado a sus presas, se abalanzó sobre ellas para comer, pero un viento fuerte y repentino la retuvo y, posteriormente, se sintió absorbido hacia lo que fue su destino final: una larga trompa de un descomunal oso hormiguero.


Comentarios