El sarnoso
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La vuelta es sencilla, apenas salga de la iglesia
lo prenden a plomo, tipo 8 de la noche.
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El Señor nos perdone.
- Los curas guerrilleros están con el diablo mijo…
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En un pueblo que aprendió a encerrarse temprano, donde la luz de los postes no alcanza el suelo, se rompe el silencio obscuro con el acelerar de la moto y el estallido del revolver. Mientras se asoman los primeros curiosos que empiezan a aglutinarse en la calle principal, se oyen los primeros gritos:
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¡Dios mío! ¡mataron al Padre!
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¡Lo están robando!
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¡Fue el tipo de la chaqueta roja! ¡cójanlo!
Y en un santiamén una turba iracunda se abalanzó sobre el asesino, con una danza de golpes e improperios ajustician al criminal. Después de media hora de desahogos, el amasijo rojizo solo se reconoce por su chaqueta.
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¡No le peguen más!
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¡Y que tal hubiera sido un familiar suyo en vez del
cura!
- ¡Bendito Dios! ¡llamen a la policía!
***
-
Mijo seguro que me quiere acompañar hoy, vea que
hace mucho frio.
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Si papi, para eso son las chaquetas y el tinto.
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Bueno, apuremos entonces que ya van a ser las 8 y
Mauricio se impacienta…
****
En el mismo pueblo de calles solitarias y mal iluminadas van caminando, una silueta adulta y otra infantil, como es costumbre se persignan al pasar por la iglesia, pero cuando van cruzando de izquierda a derecha al Espíritu Santo, los aterroriza el sonido de 2 disparos.
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Mijo corra devuélvase para la casa.
-
¡Vámonos papi, vámonos!
- ¡Haga caso! Tengo que ayudar al Padrecito.
*****
Ya se han
de encontrar en el infierno, el asesino de curas y el cura guerrillero. Ambos
rojos, para nadie es seguro, pero ninguno
tiene dudas.
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