Quinto Concurso de Cuento Corto: Los rojos van para el infierno

 


 

                                                            El sarnoso

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-          La vuelta es sencilla, apenas salga de la iglesia lo prenden a plomo, tipo 8 de la noche.

 

-          El Señor nos perdone.

 

-          Los curas guerrilleros están con el diablo mijo…


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En un pueblo que aprendió a encerrarse temprano, donde la luz de los postes no alcanza el suelo, se rompe el silencio obscuro con el acelerar de la moto y el estallido del revolver. Mientras se asoman los primeros curiosos que empiezan a aglutinarse en la calle principal, se oyen los primeros gritos: 

-          ¡Dios mío! ¡mataron al Padre!

 

-          ¡Lo están robando!

 

-          ¡Fue el tipo de la chaqueta roja! ¡cójanlo!

 

Y en un santiamén una turba iracunda se abalanzó sobre el asesino, con una danza de golpes e improperios ajustician al criminal. Después de media hora de desahogos, el amasijo rojizo solo se reconoce por su chaqueta. 

-          ¡No le peguen más!

 

-          ¡Y que tal hubiera sido un familiar suyo en vez del cura!

 

-          ¡Bendito Dios! ¡llamen a la policía!


***

 

-          Mijo seguro que me quiere acompañar hoy, vea que hace mucho frio.

 

-          Si papi, para eso son las chaquetas y el tinto.

 

-          Bueno, apuremos entonces que ya van a ser las 8 y Mauricio se impacienta…

 

****

 

En el mismo pueblo de calles solitarias y mal iluminadas van caminando, una silueta adulta y otra infantil, como es costumbre se persignan al pasar por la iglesia, pero cuando van cruzando de izquierda a derecha al Espíritu Santo, los aterroriza el sonido de 2 disparos.

 

-          Mijo corra devuélvase para la casa.

 

-          ¡Vámonos papi, vámonos!

 

-          ¡Haga caso! Tengo que ayudar al Padrecito. 


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Ya se han de encontrar en el infierno, el asesino de curas y el cura guerrillero. Ambos rojos, para nadie es seguro, pero ninguno tiene dudas.



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