ELLA
La
conocí una mañana, fugaz. Y así, como el guiño de un ojo se llevó
mi corazón.
Cada
que pasaba era imposible no mirarla. No alimentar el deseo de
belleza; el deseo de mi alma. Lo tan anhelado.
Ella.
¡Vaya
sorpresa cautivar su atención! y vaya sorpresa que desde entonces
mis días estuviesen contados.
Dicen
por ahí, que existe una fórmula matemática para saber si esa
persona es la ideal. Yo nunca me fié de los números. Algunos le
llaman terquedad, otros confianza. En mí, quizá, fue la
intuición....Aún no lo tengo claro; Pero llegué a pensar que
estaría seguro. Que era la indicada.
-La misma mentira una y otra vez- La persona especial. No la media
Naranja. No, nada de naranjas, porque se supone que estamos
completos...pero un así: ELLA.
Ella
se
llevó mi corazón. Entonces decidí esconder dentro de mi algo
parecido. Algo que
bombee
mi sangre después de todo. Algo que los estetoscopios puedan
escuchar cuando pongan su frialdad sobre mi pecho. Algo que me brinde
un atisbo de normalidad. Que me haga sentir igual, igual de roto,
como antes de conocerla.
Ahora
entregaré ese algo.
Porque
Ella
sólo
pasó. Luego se marchó.
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