Cuarto concurso de cuento corto: LA “TÍPICA” HISTORIA DE AMOR.





LA “TÍPICA” HISTORIA DE AMOR.

Yo soy P

Corrían los años de 1990 eran exactamente las 5:30pm, los rayos solares se apoderaban del lugar, todo era perfecto, feliz, los pajarillos cantaban, hasta la luna brillaba en el mismo plano del sol, las rosas florecían Lucy y Jacob tenían su final feliz, se juraban amor eterno era su (…) vivieron felices para siempre (…), en el rostro de Jacob solo se reflejaba felicidad, pero Lucy; ...Lucy se veía apagada, sin vida con tanta tristeza que la podías sentir transpirar por su alma, ella se quebraba poco a poco, se sentía en una jaula, al mirar su esposo reflejándose en su mirada gritó… lo siento cariño es tu final pero el mío no, ¿para qué me elegiste?, Jacob intentó tomar su mano, pero ella retrocedió, con lágrimas corriendo por sus mejillas susurró, confórmate con respirar el mismo aire, respiró profundamente mientras agachaba la mirada, tomó una daga que le adornaba el corpiño para incrustar suavemente clavarla en el corazón de su amado; la multitud suspiró pero no se acercó; Lucy podía sentir el sabor crudo de sus papilas en toda boca; Jacob tomó su esposa atrayéndola hasta su torso, supo que sería la última vez que sentiría su silueta, su respiración, se aseguró de tener su atención y le dijo el amor no se busca, el amor no se elige, el amor no se razona, ni se codifica, el amor no se extingue…Es amor sólo cuando ni sabes que es amor...y en un momento se escuchó un sonido absorto en el lugar, el cuerpo de Jacob se encontraba en el suelo, las miradas trataban de encontrar a Lucy pero ésta luchaba por salir del lugar rápidamente mientras destrozaba su vestido manchado por el intenso rojo escarlata; pero no era solo eso, la mirada de Lucy observaba algo más, miraba las rosas, cada rostro que la acompañaba en “su día” los velos que cubrían la techumbre, el color perlado del lugar cubriendo hasta el último imperfecto, era la boda perfecta, aunque lo mejor era la música nunca había parado de sonar ¡ni siquiera¡ cuando el patriarca se desangraba en el asfalto del altar… transcurrieron diez segundos y Lucy corrió tan rápido que se desbordó en picada por un peñasco de decoración, aunque con una sonrisa en su rostro gritando para todos, inclusive para tí, (…) si, si, para tí también leedor(…) gritó, ¡he aquí mis felices para siempre!


Fin.

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