Ya
estaba acostumbrada a las noches tranquilas y a la gente alegre de mi
barrio pues su aura era acogedor y armonioso, pero en esa noche nada
fue igual, al entrar pude sentir un intenso frio y silencio abrumador
en sus calles podía ver la cara de tristeza de sus habitantes y como
muchos con sus maletas se iban de sus casas con gran apuro., y todo
ello era porque habían asesinado a un joven unas cuadras más allá
de mi casa, fue horrible pues según los comentarios de la gente, lo
habían asesinado por ajustes de cuentas entre pandillas, lo que
había traído deseos de venganza de sus familiares y a su pandilla
amenazando a todos incluyendo hasta a los niños.
Eran
las 11:00 pm y debía salir a comprar un aceite para terminar de hacer
mis alimentos, y mientras caminaba rumbo a la tienda solo pensaba en
que pasaría de ahora en adelante ya que las amenazas de cobrar
justicia por mano propia las daban como un hecho, al llegar a la
esquina pude ver cientos de policías tapando ciertas cuadras con
barricadas ya que absolutamente nadie debía pasar por allí,
mientras me acercaba a la tienda unos chicos empezaron a pasar
lentamente en sus motos de un lado para otro, lo cual me lleno de
nervios y a su vez podía sentir como mi corazón latía al mil,
cuando llegue a la tienda compre lo que necesitaba y sin mediar más
palabras, salí de aquella tienda para mi casa., hasta que al pasar
la calle pude observar que se acercaban las mismas motos a gran
velocidad, que venían hacia una de las calles en las que estaban los
policías, y lo que más temía paso.
Empezaron
los cruces de disparos entre policías y pandilleros, tuve que correr
y correr entre la multitud de la gente para poder resguardarme y
lastimosamente a causa de los nervios me caí en la esquina que daba
en dirección a mi casa, quede en shock viendo como los policías se
resguardaban de los tiros, como la tienda en la que estaba se volvió
un completo desorden a raíz de los impactos que recibieron los
alimentos, y también me tocó ver como mis vecinos corrían por sus
vidas, cuando en un momento sentí que me tomaron por la mano y al
voltear era mama quien me levanto para que huyéramos de aquella
esquina como pudimos llegamos a casa y nos encerramos en el baño ya
que era la parte más segura de la casa, nos abrazamos y nos quedamos
allí.
Transcurrieron
horas y se seguían escuchando tiros, gente alarmada, ambulancias a
gran velocidad, hasta que todo quedo en silencio. Al amanecer salimos
para saber qué había pasado, era un panorama desastroso pues se
veían manchas de sangre en el piso y hasta en las paredes, todo
estaba acordonado, cuerpos tapados con sábanas blancas en el piso,
canales de televisión transmitiendo lo que había pasado madres
llorando, la tienda completamente destruida y gente huyendo con lo
poco que podían.
Han
pasado 6 meses luego de la tragedia y aunque las manchas de sangre,
la basura se fueron., mi barrio aún sigue como aquella noche, en
silencio, frío y ahora con el miedo de que la muerte vuelva a rondar
por sus calles.
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