La
ceguera del amor
Erase
una vez una puta humanidad, una de amor ciego, de dolor, de ceguera y
de unidad. Quizá nos salvaríamos del dolor de existir y de morir,
si en vez de buscar la eternidad del alma humana, hubiéramos
proclamado la eternidad del amor. Comprendan que somos Dante y
Virgilio al tiempo, por lo que mi historia es otra profundidad del
infierno dantesco. En realidad somos el amor ;la historia
humana es la del amor, lo descubrí cuando viví todas las vidas y
llegue a la última.
Veo
el final de la unidad que somos, se avecina un túnel de luz blanca,
que destruirá la unidad, ya no seremos, porque descubrimos que todos
somos uno. Buda, Cristo, Borges, por soltar los mejores nombres de
jugadores. Todos tuvimos la oportunidad de descubrirlo. Al final,
sólo las últimas vidas ya eran más conscientes y pudieron
sospechar la eternidad.
Pero
contémonos el inicio de la historia para que las vidas anteriores a
la iluminación se den cuenta del bucle y del error eterno: el
amor somos todos:un ser incompleto, pero no en el
sentido platónico, sino ciegos, se es ciego ante sus deseos de
placer. Foucault fue la vida más consciente de la ceguera de la
razón, se puede resumir en su grito desesperado ¡si tan sólo
hubiéramos sentido más y razonado menos el amor!
La
ceguera ante nuestro ser incompleto es la que nos condenó al mundo
corrompido. Somos el amor ciego ante nuestro cuerpo del momento, he
allí la razón por la que creíamos, casi hasta el final de la
unidad, que éramos sexuales. Creíamos que éramos heterosexuales u
homosexuales porque no entendíamos las reglas de seducción de la
otra vida que fuimos, somos o seremos. Cada vez que nosotros, el
amor, reencarnábamos en un cuerpo he intentábamos mirarlo, es decir
a nuestro cuerpo del momento, sólo era un bulto gris amorfo. Sin
distinciones de género, sin categorías estúpidas, pero no nos
confundamos con la palabra de androginismo; no éramos una sumatoria
sino una anulación de todas las sexualidades.
Podíamos
ver claramente la otredad, era hombre o mujer al principio, pero
nosotros en el momento que fuimos un cuerpo y sentíamos atracción
por el nosotros encerrado en el otro cuerpo femenino o masculino, no
sabíamos sí le gustaríamos en nuestra presentación, en nuestra
apariencia desconocida y silenciosa para nosotros mismos. He allí la
gran confusión de las sexualidades. Lo que algunas veces llamaban
homosexuales o heterosexuales, o las categorías que vinieron
después, cuando estábamos en las últimas vidas de la unidad del
amor.
Éramos
nosotros, pero no sabíamos cómo amarnos, nos lastimamos, nos
acostamos, nos violamos, y al final, nos amamos sin prejuicios ni
distinción. Al principio de la eternidad pensamos que la imagen de
nuestro ser individual era un cuerpo sexualizado, y al final de la
inmortalidad del amor, éramos sólo bolas de luz que se unían según
su deseo sin trabas.
Dije
final de la inmortalidad porque se nos está acabando. Ya conté la
historia de la humanidad: todo era una inmensa búsqueda del otro por
saber si éramos el cuerpo que le atraemos a nosotros cuando
estuviéramos en ese cuerpo. Las preguntas eran guías para descifrar
nuestro deseo ¿Te gusto? ¿Le gustare? ¿Qué te gusta de mí? ¿Por
qué no te gusto? Los más iluminados propusieron el karma como
explicación al mal y al bien que hacemos al otro. Pero siempre
éramos uno sólo, la unidad.
Sé
que suena estúpido esto del final ¿Cómo si somos un dios? El dios
del amor. Pues lo que pasa es que la eternidad, por sí sola, es un
castigo, pero no sé cuál círculo infernal es. Cuando acabe esta
eternidad empezará inmediatamente otra eternidad, la de la víctima.
somos la eternidad que rechazó, que odió, que mató, que violó, en
fin… somos el asesino, el cazador, y en la otra eternidad, después
del túnel de luz, seremos la presa, el cordero lleno de amor y
perdón, seremos las víctimas maltratadas y asesinadas, la niña
violada; pero también seremos el placer, la parte de la humanidad
que se dedicó a cosechar el amor y la sexualidad y no la que lo
estudió y lo mató.
Zonpi.
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen nuestra Biblioteca ¡Gracias por Visitarnos!