Ir al contenido principal

Cuarto concurso de cuento corto: Los dioses gatos






Los dioses gatos

Hubo un tiempo en el que solo existían dos criaturas en todo el universo: un gato y una gata. Estos dos mininos recorrían toda la tierra con gusto, después de todo no había nada que les hiciera daño, pero también estaban solos. Una tarde en la que la gatita dormía cómodamente sobre un árbol una nueva criatura apareció, pequeña, blanca y con una larga cola. El gato se sorprendió, pero también se preocupó, qué pasaría si este nuevo ser era dañino para su amada. Así que de varios minutos correteándolo lo cazo y lo mato. Como muestra de su amor le llevo la mitad a su amada; la minina que recién se levantaba de su siesta lo vio y al ver lo que traía en su boca se asustó, pero luego de ver lo polvoriento que estaba y la sangre que corría de aquella criatura sabía que su amado había salido victorioso y ese era su trofeo.

Bajo con gracia hasta llegar a su lado donde lamio su mejilla con dulzura además de sus negras orejas. El gato dejo el resto de lo que ellos llamaron ratón, pues le pareció gracioso, descubrieron que tenía un sabor agradable y no fue el único de su especie que apareció. Así que cuando estaban aburridos cazaban ratones. Notaron que era más divertido si se les daba algo de esperanza y luego se la quitaban. De esta forma se la pasaron durante varios meses hasta que una nueva criatura apareció, era similar a ellos, pero más grande y peluda. Ya que ellos fueron los primeros decidieron nombrarla, pantera, ese sería su nombre.

Fueron apareciendo nuevas criaturas recibiendo sus nombres de los 2 mininos. Estos ignoraban el tiempo que transcurría a su alrededor, solo sabían que el amor que se tenían era más que suficiente para vivir. Luego de varios milenios no había más criaturas que nombrar, así que se dejaron domesticar. A pesar de todo nunca dejaron de ser tratados como lo que para el mundo eran: unos dioses.

Hoy en día se ven la descendencia de estas criaturas, pero hay quienes dicen que estos dos mininos aún siguen rondando en la tierra buscando 2 criaturas que se amen tanto como ellos; que sean capaces de dar todo por el otro. Y aunque a veces lloran por la desgarradora historia de su antiguo hogar que se asemejaba al paraíso por su tranquilidad y paz; saben que no todas las criaturas son igual de destructivas. Además los gatitos no son tontos, ya tienen fichadas 2 personas que cumplen con sus expectativas, solo esperan la oportunidad adecuada para presentarse.

Tu que dices amor; ¿seremos aquellos que los gatos observan?


Comentarios

Entradas populares de este blog

Concurso Cuento corto: LA NEGRA CARLOTA

LA NEGRA CARLOTA Ahí viene! La negra Carlota que se pasea por la plaza, los chicos se vuelven locos por su cintura y su cadera. Pero mira que no ven lo que lleva por dentro, se siente triste, absolutamente sola, denigrada y sin dignidad aluna. Por qué todos los días, tiene que salir a vender su cuerpo, para poder mantener a sus ocho hijos. MARIA CUENTO

VIII concurso del cuento corto, ¿NO SABES DE SEBAS?

 ¿ NO SABES DE SEBAS? Toda las comodidades posibles su familia le entregó, vistió bonito bajo la luna y fresco bajo el sol, no le gustaba la lluvia y se quejaba del calor; la primera su cabello despeinó, la segunda excesiva transpiración le brindó. Estudió, entrenó y trabajó, pero nada de eso le gustó. Sus parientes le enseñaron lo bueno y lo malo él escogió. Una amistad le presentó la calle y eso sí que le encantó. Conoció una amiga nueva y con ella se quedó, fue un cambio abismal; pasó de su casa a un callejón. La ese se agrandó, ahora se cree un dios, dejó de ver por ojos ajenos y de todo se adueñó. Venía de la nada, pero iba por todo. Las caricias de su madre jamás las aceptó, las de su abuela siempre las ignoró, y los consejos de sus tíos nunca los escuchó. Hasta los quince años de su casa no salió. Si un día quiso aquellos zapatos; mami se los compró Quería estar a la moda; papi lo vistió. Como la e, salió de noche sin saber para dónde fue, vistiendo de negro desde la cabe...

VIII Concurso del cuento corto, SANTA ELENA CITY

Dicen que estoy loco. Algunos se preguntan cómo terminé aquí, pescando en el caño de la galería Santa Elena. Yo les digo que no es ningún caño, que es un río, pero que ellos todavía no lo pueden ver. Se ríen de mí, tomándome como un caso perdido. Qué más da, sigo en lo mío, tratando de pescar alguna rata en este majestuoso río negro que se extiende por toda la ciudad. ¿Que cómo uno termina viviendo a la orilla de un caño, en medio de la basura y de los adictos? Eso es fácil de responder, toda la respuesta radica en que uno se aburre, se cansa, se fastidia de llevar una vida inalterable. Se cansa de las mañanas en las que te levantas y quieres seguir durmiendo, pero sabes que si sigues durmiendo al rato llegarán las llamadas de tu jefe para preguntarte no cómo estás, sino cuánto tardas en llegar. Un ser humano normal se fastidia del día a día, de la lucha por la supervivencia urbana, de los malos tratos entre nosotros mismos, de los horarios, de las metas que tienes por cumplir. Díganme...