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Mostrando entradas de septiembre, 2023

VII Concurso del cuento corto, SUEÑO DE FIDEOS

  Sabía que había una razón en específico para estar soñando con fideos, pero no fui capaz de recordar por qué. Era una jungla hecha enteramente de ellos, estaban perfectamente cocinados pero aún así se conservaba el aroma liberador y característico de la naturaleza. Era como si el barro se me pegara en las mejillas y el olor al caminar sobre hojas mojadas en el suelo se confundiera con el sabor de la boca a pesar que al pisar dominaba el balbuceo y salpicar de la selva de espagueti. A pesar del sin sentido me sentí maravillado y decidí explorar, sentí hambre después de un par de horas y elegí uno de tantos millares de fideos, este era del tamaño y longitud de una manguera, estaba colgando de un fideo más grande que hacía las veces de árbol y después de arrancarlo me rodee el cuello bien sujetado con él para comer en el camino cuando me placiera. Pasé 10 horas caminando, para mi diversión la jungla parecía no tener fin y el sol no cambiaba de lugar, pero con la panza llena de fideo...

VII Concurso del cuento corto, LA DANZA DEL AMOR

  La danza del amor se baila cada luna nueva después del ritual de la cosecha, se reúne toda la tribu junto al fuego a cantar y adorar a sus dioses. En especial a Katir, la diosa de la cosecha, a quien hay que tener feliz por medio de canticos y danzas alegres que demuestren el agradecimiento hacia ella y sus dones, los regalos que le da a la tribu Talaj. En esta tribu está a cargo de todo la matrona Malá, quien toma las decisiones importantes.   Esta mujer instruía a las demás de todo lo que debían saber acerca de la madre tierra y los dioses a los que debían honrar y ofrendar con sus danzas y canticos; además, también hablaba de que quienes estaban casados tenían que realizar la danza del amor de la manera más sincera y pura, pues si esto no era así, los dioses los castigarían.   Una noche, después del ritual de la cosecha, como era costumbre los esposos se fueron a sus hogares y las solteras y solteros de la tribu durmieron separados para evitar ofender a los d...

VII Concurso del cuento corto, ESTIMADA ANGELA

  Te saludo. Era pequeña cuando empecé a escribirte. Dejé de lado el diario y me dediqué a las epístolas. Ángela del futuro, te llamaba. Esta es una más de ese montón de cartas que te he dedicado a lo largo de los años, pero hoy, sin razón aparente, me pregunto si quien creo que eres va a leerlas alguna vez. Me pregunto si eres real, si la anterior Ángela lo será o si yo alguna vez lo fui. Al revisar las cartas escritas hace tiempo sentía compasión de esa nena dolida y odiosa. Pero ¿acaso ésa no era yo? Era yo, es Ángela del pasado, pero desde el hoy es otra aparte de mí. No puedo comunicarme con ella: está muerta, sólo había quedado ese testimonio, el recuerdo que incluso podía ser falso por el sesgo adolescente de la vida. Y hace unos días decidí poner fin a todo su rastro. Ya no quedan diarios ni cartas que no haya devorado el frenesí suicida que acabó con todo mi arte. . En las noches algo debajo de mi cama quiere asesinarme, Ángela. Puedo sentir el frío de su acero recor...

VII Concurso del cuento corto, ESCAPADAS CROMÁTICAS

En una esquina, dos hombres vestidos de amarillo conversaban sobre las escapadas con dos mujeres similares a los tonos del mar. Ellas aseguraban que sus ropas eran de poliéster, mientras que ellos se sentían hechos de algodón. Con el paso del tiempo, el cielo adquirió un brillo semejante al del oro. Un par de extraños escapan de su encierro. Pasadas unas horas, Emilio busca sus calcetines amarillos, pero solo encuentra uno. Entre sus pertenencias divisa una calceta azul que le provoca alergia. En medio de la prisa, no le queda más remedio que vestir sus pies de amarillo algodón y el azul del mar.  

VII Concurso del cuento corto, ¿SERÉ LIBRE?

  Esta pregunta descansa sobre la tumba de una niña de 16 años que conoció la malicia del mundo mucho antes de lo que merecía y tuvo que perderse de ella misma para liberarse.   Todo inició una noche lluviosa, cuando tenía 9 años, mientras su madre dormía, su padrastro despertaba junto con su peor instinto y subía a buscarla, sabía cómo destrabar la puerta y entrar a su cuarto. Inició siendo un juego, luego robando su inocencia.   Transcurrieron 7 años donde Vanessa aprendió a callar, soportar, llorar en silencio, escuchar insultos, esquivar golpes, y una noche a darse cuenta que solo se tenía a ella misma. A los 16 años decidió contarle a su madre lo que había vivido por años, esperaba sentirse apoyada o comprendida…, pero no fue así, después de contar todo entre lágrimas (que le   impedían casi que respirar), su madre confesó que supo desde el inicio –Desde la tercera   noche que él se levantó de la cama a la misma hora supe que algo sucedía –dijo la madre ...

VII Concurso del cuento corto, TODO POR ELLA TODO POR ÉL

Al borde del precipicio… ella estaba por lanzarse, él la detuvo con los ojitos llenos de  lágrimas y le dijo: –Si mueres yo no tengo ninguna otra razón para seguir aquí. Le dio un fuerte beso y él se lanzó primero al vacío. Ella estupefacta ante lo que acababa de  presenciar dio tres pasos hacia atrás, se quedó en silencio reflexionando. Después de 4  largos minutos se acomodó el cabello, dio un leve suspiro, y musitó para ella, para el  recuerdo de aquel hombre que había acabado de saltar y para el frío viento que le soplaba el  rostro: –Está bien. Todo aquel que no tenga un buen motivo para vivir…, debería morir.  Dio un último vistazo, se dio vuelta, y caminando se marchó del lugar.   

VII Concurso del cuento corto, CHILES LUGAR DEL CIELO

  Había una vez en las lejanías del sur nariñense, por allá donde si no andas con ruda te pega mal viento que a la altura de 4.698 msnm, un gigante mira el gran ejército de guardianes que habitan a sus pies, llamados Frailejones, hermosos por sus largadas y peludas hojas que se asemejan a una esponja de algodón, frutos de la Pachamama que por muchos años de cuidado y preservación son fuente de vida para los Chilenses, herederos de los sitios sagrados como de las riquezas naturales que el gigante de piedra dador de su nombre Chiles y de la Pachamama que provee de alimentos a sus hijos encargados de preservar y engrandecer aún más la herencia que por años han entregado a sus abuelos y que de generación en generación el legado ha prevalecido; al tomar de entre sus manos un sorbito de agua helada fuente de vida de la laguna el Colorado, los purifica para poder tener armonía y ser empáticos con las especies de su alrededor: la vaca peluda con cuernos, el cuy bayo o negro de ojos rojos, ...

VII Concurso del cuento corto, PSIQUIATRÍA

  La posibilidad de existencia de los enajenados siempre ha obsesionado mi mente. Desde que  empecé a estudiar su comportamiento, un apasionamiento febril ha rodeado mi labor como  médico aquí en Bicêtre. En un comienzo, entre más los observaba, más preguntas sobre su  comportamiento y naturaleza me iban surgiendo. A veces creía responder alguna, pero esas respuestas solo me llevaban a más preguntas. Uno pensaría que después de cierto tiempo se  daría por vencido, sabría que es un conocimiento simplemente inaccesible, algo de un estado  previo a la razón; necesitaríamos un nivel de abstracción absoluto con el cual rastrear el  momento exacto en que la voluntad rechaza a la razón, desviando al sujeto hacia el camino  de las bestias. Pero mi caso no es ese. Llevo ya muchos años aquí y mis deseos de entender  solo han aumentado. Conforme pasa el tiempo, las preguntas martillan mi cabeza con más  intensidad. A veces su animalidad me exaspera...

VII Concurso del cuento corto, ROSA DORADA

  6:30 PM   Ring   Ring  Ring  Sonaba el teléfono desde algún lugar en el suelo, pero a pesar del ruido del objeto nadie llego  a contestar.  En una típica noche de un lunes, en una casa de alguna ciudad; un hombre esta acostado en  su cama con pijama a rallas blanco- azul. El hombre tiene los ojos cerrado.  ………………………  7:00 PM   Una mujer en su auto conduce por la carretera a alta velocidad y un policía que pasa cerca la  hace parar. Estacionan los dos al lado de la carretera. el policía se baja del auto y se acerca  a la mujer.  Es una mujer hermosa; tiene ojos cafés, piel melocotón y cabello rubio largo y rizado mientras que viste suéter rosa, jean azul, botas largas negras, abrigo de cuero marrón, guantes  de lana blanco y en una de sus orejas lleva un pendiente de oro en forma de rosa.  ¿_Carnet de conducir? _. Pregunta el policía al acercarse a la mujer. La mujer busca el carnet y al enco...

VII Concurso del cuento corto, BALADA EN LA MADRUGADA

  Jueves Eran las dos de la mañana cuando de nuevo lo escuché cantar, este era el tercer día  consecutivo en que la voz de un hombre perturbaba mi noche y aunque éste cantara como  los mismos ángeles, necesitaba dormir porque mañana debía despertarme a las 7 am o  mejor dicho hoy debo levantarme y no he podido descansar.  Desde el lunes comencé a despertarme al escuchar la voz cantarina de mi querido vecino y  no a una hora normal sino a las 1, 2 o 3 de la mañana.  Así que me levanto de mi cálida cama, me pongo mis pantuflas para caminar hasta la sala;  donde más cerca se escucha la voz del hombre y con un palo de escoba golpeo la pares 5  veces seguida con fuerza para que mi vecino entienda que quiero dormir. Al cabo de un  rato, todo queda en silencio al parecer el truco funcionó, así que vuelvo a mi cama para  dormir de nuevo.  ………  Sábado   Otra vez me despierto con la dulce pero irritante voz de mi querido v...

VII Concurso del cuento corto, ACERCA DE LA IDENTIDAD

  Se sentó en el sofá frente a la televisión. En la mesa del frente, había una pistola. Miró el reloj  en la pared; en tan solo segundos, habían transcurrido horas. ¿Desde cuándo la memoria en la  que tanto confiaba le fallaba tanto? Pudo sentir un picor en la nuca y cómo le ardía la cabeza; nunca había sentido tal cosa antes. Antes del accidente donde murieron su esposa e hija...  ¿Cuánto tiempo había pasado? Tal vez dos años o más, no le importaba. Vio el arma; era tan  tentadora. Un disparo y todo habría acabado. Un disparo y sería libre. Un disparo y todo  terminaría por fin. Tomó el arma, la movió hacia su boca; podía sentir un deseo tan grande de  que la misma fuera disparada y atravesase su cráneo como fuego purificador. No pudo  hacerlo; en el fondo, no era más que un cobarde. Pudo sentirlo como una fuerza, una marea  que parecía una especie de engrudo, se iba lentamente apoderándose de su cabeza desde el  lado derecho hasta el i...

VII Concurso del cuento corto, ACERCA DEL CARÁCTER

  "Voy a morir", se repitió para sí mismo, como si intentara entender una realidad que se le  escapaba, como si no fuera algo que sabía que podía pasar. Como si todos esos años de  estar en aquella tierra perdida de la mano de Dios no hubieran hecho ni un poquito de mella  en él, casi con la inocencia de un niño que no entiende el significado de dicha frase. Las  piernas le temblaban, el corazón le daba tumbos, la mente le daba vueltas. Sintió en ese  momento una sensación de querer caerse al suelo y llorar, como solo lo puede hacer un  niño.  Se agarró a una pequeña silla ubicada en medio de la habitación, como si fuera un chiste.  De la vida se rió, iba a morir, tan solo había estado media hora en aquella habitación. Pero  cada objeto la misma le parecía tan familiar, cada uno le traía una nostalgia tan profunda  como si hubiera vivido allí toda la vida. Con la mano libre tomó el revólver que llevaba en  su cinturón. Mientras...

VII Concurso del cuento corto, EL RUGIDO DE LA GUERRA EL MIEDO SIN LA PAZ

  Hace muchos años ya, en un pueblo rodeado de montañas, de naturaleza, donde cada día, cada amanecer es un despertar en medio del roció de la mañana, el brillo el sol acaricia el  rostro de sus habitantes, las estrellas con la luna cubren sus sueños y deseos, donde en los  atardeceres las personas pueden ver las nubes caminar por sus calles coloridas, y poco a poco  verlas elevarse hacia el cielo, y puedes admirar este grandioso evento todos los días. Es el  gran espectáculo que ofrece la naturaleza a quienes viven en esta tierra y a todos aquellos  que visitan este pueblito en medio de las montañas. Pero en medio de toda esta maravilla se ha creado un ser despreciable, enorme, con garras  afiladas, cuyo rostro es imposible de ver sin que cause escalofrío y temor, este ser se alimenta de la inconformidad que siente al ver gente desprotegida en el mundo, pero la gran ironía es  que el también ataca seres humanos indefensos, la injusticia ha crea...

VII Concurso del cuento corto, EN ESTA COLINA NO HAY CANTANTES

La luna desaparecía y la luz del sol se empezaba a asomar. Se escuchaba el pletórico cantar de las aves acompañado de la melodía de una guitarra y una voz incomparable, como era de costumbre cada mañana. De pronto, el grito de Doña Coca despertaba a toda la vecindad. Pedro, muy asustado y aun medio dormido, salió de su casa para conocer el motivo por el cual lo llamaba su abuela. Mientras trataba de encontrarla se distrajo por el canto de don Arturo, tanto que olvidó que su abuela lo necesitaba y se dirigió a casa de aquel artista.  -   ¡Que talentoso es usted, Don Arturo! – Dijo Pedro mientras bostezaba por lo dormido que aún estaba -   Usted también lo es – Contestó don Arturo -   A mis 90 años me he dado cuenta de que la capacidad que tengo para cantar no es algo incognoscible, por el contrario, ha sido el fruto del arduo trabajo que he realizado durante muchos años en los que logré la convergencia entre algo que me apasiona y en lo que soy talentoso, lo cua...

VII Concurso del cuento corto, UN PINTOR DE CAMINOS

  Camino sombreado por muros, acaso no triunfante sino derrotado. No conozco este  laberinto imperfecto y finito, superado desde hace tiempo por mis acompañantes. Cuando  todo es laberinto, caminar juntos calma mis angustias y mis miedos. Por ahora, la compañía  y no su compañía es lo que me alivia. Buscar encuentros es sencillo… tal vez, no estoy  seguro. En ocasiones donde se cruzan los caminos inadvertidamente uno se sienta a esperar,  también inadvertidamente, hasta que algo sucede, alguien o algo aparece. Así la encontré a  ella y no al revés como le parecía, uno encuentra lo valioso, no lo vacío. Otras veces, en  bocacalles uno se sienta a esperar hasta que al fin aparecen. Así, maquinalmente, encontré a  mis acompañantes. Me desvanezco entre grandes caminos polvorientos, fijos y endurecidos. No hay árboles,  no hay raíces, no hay piedras en el camino. Parece que sigo el camino del no ser mientras los  únicos obstáculos eman...